martes, 30 de noviembre de 2010

El Mar


"Qué pequeño recipiente de tristeza somos, navegando en este apagado silencio a través de la oscuridad del otoño".
(John Banville)

Llega ella, poderosa, paciente, inverosímil como el mar. Y no vuelves a ser el mismo, nunca.
Llega, y lo que queda de ti, ya sin futuro, ¿dónde podría refugiarse sino en el pasado, ese tiempo frágil que nos salva -creemos que nos salva- de la incertidumbre?
LLega ella: la muerte. No la tuya (¡si al menos fuera eso!) sino la de la persona que amas. Y te abarca como el mar.

La hermosísima, delicada novela del irlandés John Banville me deja con un nudo en la garganta, con un sabor a nostalgia a la vez dulce y doloroso. Floto en ella -la novela-, luego me sumerjo hasta una profundidad en la que apenas llega la luz. Termino, abatido, a su orilla; húmedo, conmovido, tiritando.

"Y de hecho no había pasado nada, una memorable nada, tan sólo otro de esos grandes encogimientos de hombros con que el mundo manifiesta su indiferencia".

jueves, 11 de noviembre de 2010

Compañeros

Sobra decir para quien.

"Y yo te acompaño. Voy contigo. Hablamos.
No nos separa nada: ni distancia, ni sexos.
Vamos del brazo juntos, caminando
como dos compañeros.
A veces te detienes. Levantas la cabeza.
Miras, sin ver, el cielo.
Y es como una cascada
de luz sobre mis hombros tu silencio.
Sonríes contemplando
la inmensa soledad del campo abierto,
y dices algo hermoso
sobre el río, los álamos, el pueblo..."

(Susana March)

viernes, 5 de noviembre de 2010

Proyecto a futuro


"Oye, cuando sea glande voy a usal blasiel".
(La Pequeña Otra)