miércoles, 16 de diciembre de 2015

Y mientras tanto, Matilda

En su estar imperturbable / de palpitante tibieza / hecha un ovillo sedoso / en su gatidad perfecta / profundamente dormida / ¿será que Matilda sueña? / Mientras yo, en el otro lado / huyo del viento que arrecia / del tiempo que se me escapa / que se escurre, que gotea. / Yo, fingiendo que termina / lo que ni siquiera empieza, / yo, luchando contra nadie / contra mi sombra más densa. / Yo, en la mira de la muerte / que espera. / Yo, con las manos tendidas / hacia promesas inciertas / con la costumbre malsana / de no mirar las estrellas, / la paciencia de la muerte / que acecha. / Y mientras tanto, Matilda / abre sus ojos, bosteza / vive su vida sin muerte, / su fugacidad eterna, / se asoma por la ventana / se estira / se despereza.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Habladles de batalles, de reyes y elefantes.

Miguel Ángel, el artista, es invitado a la corte del Sultán Turco para diseñar un puente en el Cuerno de Oro de Constantinopla. De algún modo, huye de Julio II, el Papa, y de sus problemas en Roma. Las dificultades de la creación, las intrigas políticas, el sexo y el amor. La bellísima y andrógina joven que añora su Granada perdida; el amor silencioso de Mesihi; los paisajes de Estambul, sus mezquitas, sus puentes, su misterio. Y una prosa bellísima y llena de colores. Todo eso en la novela de Mathias Enard. Hermosa.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

astro pequeñito

El astro pequeñito de tu infancia/ esfera de luz resplandeciente/ tu diminuta eternidad/ tu tiempo que se acaba/ tu-mi se nos escapa de las manos/ mi-tu para ya nunca nunca nunca/ tu ya sin alas ¿rota? desniñada/ mi qué voy a hacer sintigo entonces/ sin mi-tu niña, sabes, que me infancia/ sin tu-mi infancia, duele, que me niña./ Pero sí sé que cuando tú ya no/ cuando tú otra y nueva y desalada/ podrás venir a contemplar tu infancia/ donde estará por siempre a buen resguardo/ quiero decir: aquí sin ti donde ya nadie/ donde aún ala aún resplandor aún astro/ donde intocable y tuya para siempre/ quiero decir aquí/ en tu mi yo/ en mí/ conmigo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

"Te traje una cosita, pero no la encuentro", dice la pequeña Otra buscando en su mochila. Entonces busco, aparecen unos dibujos, unas envolturas de dulces. "No, otra cosa". Entonces la encuentro. Una semilla de eucalipto. Uno de esos pequeños conitos que suelen estar regados alrededor de ese bello árbol. No entiendo. "Es para que se te quite el catarro", dice. Y en ese instante, aunque yo siga estornudando, con la garganta irritada, lleno de mocos, me siento del todo curado.

martes, 27 de octubre de 2015

martes, 20 de octubre de 2015

Inflamación

Días de reír juntos, de hacer películas, de ir al cine y emocionarnos; de que con total naturalidad, casi sin darse cuenta, su mano pequeña busca mi mano mientras caminamos por la calle. Y entonces, mientras compramos cualquier cosa en la tienda, la escucho hablar con mi Otra y decir en voz bajita, como para que yo no la oiga, con una sonrisa pequeña y los ojos brillantes: "Tengo papitis". Y yo guardo esa palabra como una oración, como un abracadabra, como un íntimo conjuro que por un rato lo puede todo.

sábado, 3 de octubre de 2015

Y si.

Con lo que a mí me gustan los puntos suspensivos, ese mínimo desfile de tres bichos, pero claro, depende siempre de la historia. No me gustan, en cambio, los signos de admiración, esos escandalosos, esos presumidos. Símbolos, signos, letras, manchitas en el papel ¿Y si enloquecieran? ¿Si al más le diera por copular con una eme? ¿Si el igual se creyera nueve por un rato? ¿Si fueran juntos a una orgía donde salpicaran asteriscos? ¿O si mejor la página en blanco, limpiecita, inmaculada, donde no hay nada, absolutamente nada que no pueda ser escrito?

martes, 29 de septiembre de 2015

Credo.

¿Que dónde está eso que llaman sagrado? ¿Dónde se oculta Dios cuando se oculta? ¿O es que es tímido y se avergüenza de tanto ritual, tanta gente piadosa, tanto incienso, tantas palabras? ¿Por qué juega a las escondidillas? ¡Uno, dos, tres por Dios que está detrás de la puerta! Lo sagrado, dice Dios (o digo yo, que es lo mismo) no quiso estar en las muchas misas solemnes, ni en los rosarios interminables, ni en el viacrucis de Iztapalapa ¡ni lo mande Yo! Lo sagrado está en el encuentro, en el mango de manila compartido, en el cansancio generoso, en el ombligo de la pequeña Otra. Y es que no creo en ese Dios enorme, barbado, masculino y con el ceño fruncido por toda la eternidad. No en ese siempre con mayúsculas, no en el que pide que se le sacrifique un hijo. Yo creo en el pequeño dios, el portátil, el de bolsillo. Al que me puedo comer como a un durazno, al que puedo besar como a unos labios, al que puedo consolar como a mi hija.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

James Salter (1925-2015)

Había olvidado escribirlo aquí, Otro. Hace unas semanas murió James Salter a los noventa años. Escribía como yo querría hacerlo, como jamás podré. Miraba el alma de las cosas y podía traducirla en palabras.

domingo, 20 de septiembre de 2015

La Cajonera

Cuando el teatro de títeres pierde esa línea que supuestamente separa lo infantil de lo que no lo es. Cuando los niños y los adultos nos divertimos y nos conmovemos por igual porque contemplamos algo bello y simple, algo que te toca sutilmente y se te queda dentro. La magia de los títeres y la extraña belleza de los objetos de Iker Vicente.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Eraclio Zepeda (1937-2015)

Lleno de palabras de todos los colores. Palabras que vuelan, que juegan, que ríen, que danzan. Palabras de tierra, de agua, de aire. Bello leerlo, pero sobre todo escucharlo. Nadie contaba cuentos y anécdotas como Eraclio, nadie. Sencillamente te quedabas colgado de su imaginación y de su voz.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

domingo, 30 de agosto de 2015

Las amigas.

La pequeña Otra, casi siempre tímida, introvertida, con dificultad para relacionarse. Prefiere jugar sola, y a veces ve jugar a los otros niños con cierto anhelo, con ganas de integrarse y sin saber cómo. Tan parecida a mí, en eso. Un día, en la escuela se encuentra con otra niña. También tímida e introvertida, con igual dificultad. Imagino ese encuentro: el mirarse desde lejos, el descubrirse similares, el acercarse (¿cómo?), la primera sonrisa, el vencer las barreras para comenzar una plática. ¿Cómo hicieron? Y luego, ese milagro que de tan cotidiano deja de maravillarnos: el nacimiento de esa bellísima forma de amor a la que llamamos amistad. Brillan sus ojos sólo con mirarse, se sonríen, escapan a la habitación de una o de otra, se hacen regalos, se cuentan cosas, se enfrentan juntas a las dificultades, un poco espejos una de otra, también diferentes en gustos y experiencias. No se dan cuenta de que ha pasado algo, sencillo y sorprendente, que cambiará su vida para siempre.

lunes, 3 de agosto de 2015

la línea.

Dos de agosto del 2015. Hay una línea entre el deseo y el miedo. A veces insuperable. A mí me pasa. La pequeña Otra estaba ante esa línea. El llamado del agua y el miedo al agua, o más bien a hundirse en el agua. Poco a poco, fue intentando, atreviéndose. A veces se aferraba a mí con fuerza. ¡Parecía tan lejano! De pronto, reúne el valor necesario (hace falta muchísimo) y sin llanta ni flotadores atraviesa la línea y nada sus primeros metros. Sonríe, asombrada de su propia valentía, de su propio logro. Y le entra un hambre insaciable de seguir nadando. Y sigue, flaquísima y hermosa, conquistando un nuevo elemento, cada vez más acuática, cada vez más sirena.

domingo, 12 de julio de 2015

Krahe

Tan poco conocido por estos pagos. Dices Javier Krahe y casi nadie sabe de qué hablas: "¿Javier qué?" Porque cantaba en España, en lugares pequeños, con un pequeño grupo. Y sin embargo, no conozco mejor letrista en español. Y miren que Sabina, y Silvio, y Drexler... Ninguno con ese manejo del idioma, con esa elegancia mezclada con ironía. Por algo amaba a los poetas del siglo de oro. Sus letras siempre divertidas, complejas, perfectas, asombrosas. "Abajo el Alzheimer", "Nembutal", "Don Andrés Octagenario", "La Perversa Leonor" son insuperables. Su canción "Salomé" es una de las más hermosas que haya escuchado nunca. Murió hoy a los 71 años. Si no lo conoces, Otro, corre a escucharlo.

miércoles, 24 de junio de 2015

Siete.

¿Cómo se celebra su mirada apasionadamente curiosa, su ternura al hablar con su gata, su constante asombro? ¿Cómo se celebra su gusto por los libros y las historias? ¿Cómo se celebra su carcajada, sus piernas flaquísimas, la tibieza de su cuello? ¿Cómo se celebran sus siete años de vida?

sábado, 13 de junio de 2015

Feliciano Mejía: Fuego en el Corazón

Feliciano Mejía fue mensajero de Emiliano Zapata. A los 60 años se puso a esculpir personas y animales usando ramas de árboles muertos, respetando la forma natural de la madera. Lo hizo hasta los 105, nomás. Quizá el extremo opuesto a lo que vi en Calder: esculturas recias y toscas, pero increíblemente hermosas, tiernas, conmovedoras. "Entre Dios, Zapata y mis tlacuachitos", como él decía. En el Museo de Culturas populares.

Charlotte

David Foenkinos, escritor francés, cuenta la vida de Charlotte Salomon, pintora alemana y judía que murió a los veintiséis años, embarazada de cuatro meses, en un campo de concentración nazi. La historia es real aunque por momentos parece imposible. ¡Todo lo que cabe en una vida tan breve! Foenkinos, obsesionado con ella escribe la historia en frases cortas, absolutas, densas. Por momentos, parece un poema terrible y bellísimo. Pocas personas se han enfrentado a la oscuridad que vivió Charlotte desde antes de su nacimiento. Lo maravilloso es su capacidad para atravesar aquello a partir de su obra. La creación artística enfrentada a la sinrazón y la barbarie. Crear para no morir, para no enloquecer. La belleza como única forma de resistencia.

martes, 9 de junio de 2015

Matar un ruiseñor

Hay novelas que te tocan el alma, Otro, que te hacen temblar y te remueven la conciencia. Ésta es una. Scout, una niña de 7 u 8 años cuenta su vida cotidiana y la del lugar donde vive, un pequeño pueblo de Alabama. Cuenta, sobre todo, acerca de su padre, Atticus Finch, un abogado maduro que se enfrenta a un caso dificilísimo: defender a un negro acusado de violar a una joven blanca en tiempos de completo racismo. Pocos personajes me he encontrado tan conmovedores como ese hombre un tanto cansado y sencillo que cada vez hace lo que tiene que hacer aún sabiendo que no recibirá nada a cambio, o en todo caso, el rechazo de sus conciudadanos e incluso amenazas que acaso lo pongan en peligro. Sin alardes, sin ruido, hace lo debido una y otra vez. cada frase y sobre todo, cada acto de Atticus es un ejemplo de ética y belleza humana. "Quería que descubrieses lo que es el verdadero valor, hijo. En vez de creer que lo encarna un hombre con una pistola.Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla está perdida, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el final. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence”, dice, y lleva esas palabras a sus últimas consecuencias ante los ojos asombrados de su pequeña hija. Cierro el libro conmovido y sabiendo que hoy tengo un nuevo héroe, que como buen héroe me es inalcanzable.

viernes, 5 de junio de 2015

Séptimo Arte

Apenas salir de la escuela, la Pequeña Otra, ya está pensando en el argumento de la próxima película. Ah, porque ella y yo actuamos películas. Últimamente ella inventa el argumento (siempre aventuras, siempre peligros que acechan, siempre pruebas que atravesar). Ella es la única protagonista y yo, todos los demás: el cómplice, el sabio, las comparsas, el encargado de los efectos especiales, el que pone la música... y sobre todo el villano: Calacán o Malcalaca (esqueletos peligrosísimos), el Dragón Kolfúr, Pulpús, el pulpo venenoso y más recientemente, Ojoscrujientes Escurridientes, el malvado monstruo. Hay música de fondo, objetos mágicos, pequeñas escenografías. Y ella actúa con el alma, llora a veces, y nada le gusta más que desmayarse. Hemos bajado al fondo del mar, salido al espacio exterior, entrado a oscurísimas cuevas. Nadamos, corremos, luchamos, volamos. Así que cada pocos días se apagan las luces y suena la música. ¿Qué te digo, Otro? Por una hora más o menos, Kubrik, Bergman, Truffaut y Fellini nos hacen los mandados.

domingo, 17 de mayo de 2015

Alexander Calder: Los derechos de la danza.

La exposición en el museo Júmex es bellísima. Juan García Ponce, el escritor mexicano, escribió que Calder había conquistado para la escultura los derechos de la danza. Si te das una vuelta, Otro, entenderás. Parece que sus esculturas están a punto de echarse a volar. La Pequeña Otra, feliz, iba bautizando las obras sin título.

domingo, 3 de mayo de 2015

La Hondonada.

Dos hermanos, la vida que los separa, la mujer de ambos, una hija. El modo como la realidad nos lleva y nos trae, nos inventa y nos despedaza. Los errores que se pagan durante toda la vida, y sobre todo, le hermosísima historia de un padre y una hija. Imposible no pensar en la Pequeña Otra y en mí, con miedo, con dudas, con esperanza. Luminosa y conmovedora.

Del Color de la Leche.

Dar voz a quienes no tienen voz, una de las posibilidades de la literatura. Nell Leyshon da voz a una adolescente campesina del siglo antepasado, condenada, como casi cualquier mujer de su condición, a pertenecer a otros, a ser solo una sombra, siempre silenciosa, casi una mercancía. Pero Mary, la protagonista, aprende a leer y a escribir por una casualidad. Entonces podrá poner palabras a su historia. Una novela delicada e intensa, perturbadora.

El Navegante Dormido.

De nuevo, Abilio Estévez. Su prosa llena de olores, sabores, texturas y sonidos. Una familia cubana, a la orilla del mar, esperando la llegada de un ciclón. Bisabuelos, abuelos, padres y nietos, cada uno con su historia; cada historia llena de vida. La nostalgia por la Cuba que se fue, el compromiso con la Cuba actual, los jóvenes hartos de esas dos Cubas, con la mirada puesta en el Norte. Exuberante, viva, conmovedora.

sábado, 2 de mayo de 2015

La Veritá.

La mezcla, el caos, lo grande y lo pequeño, lo sublime y lo absurdo, lo delicado y lo torpe. Algo así es La Veritá, el hermoso espectáculo escrito y dirigido por Daniele Finzi. Mientras me conmuevo, surge algo asombroso; mientras me asombro, algo me provoca risa; antes de acabar de reír, surge una música bellísima; junto a la música, lo onírico. No sé hacia dónde mirar ni qué sentir. Una reunión de amigos, una mujer en un trapecio, hombres en tutú con rostros de Dalí, dientes de león, una lluvia de corchos, seres con cabeza de rinoceronte que tocan el piano, un coleccionista en escafandra, una chica que escupe caramelos. La belleza, la ternura, la risa, el asombro, la extrañeza... todo a la vez, todo mezclado. ¿Pero no es así la vida?

sábado, 18 de abril de 2015

La canción del mar.

Bellísima, sutil y llena de melancolía. Mi Otra, la Pequeña Otra y yo, la miramos conmovidos. Al final, aplaudimos y nos abrazamos con un triple nudo en la garganta.

Timbuktu.

... O de cuando una película se te mete en el corazón y en la conciencia. La perturbadora belleza de sus paisajes, de su luz, de su música, de su gente. La conmovedora dignidad con que esos hombres y mujeres se resisten a la violencia de la sinrazón y el dogmatismo. Se me quedan adentro esas imágenes: la mujer condenada a ochenta azotes por cantar y que vuelve a cantar mientras la azotan, el soldado que danza a escondidas, el grupo de muchachos que juegan un partido de futbol sin pelota. La belleza de resistir a pesar de todo.

martes, 14 de abril de 2015

Eduardo Galeano (1940-2015)

Mejor tus palabras que las mías, Eduardo: "Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada".

Günter Grass (1927-2015)

Polémico, controversial, a veces incómodo. Pero quien escribe siempre corre ese riesgo; se podrá objetar mucho de su vida ¿con razón? No lo sé. Y sin embargo, ¿quién que haya leído El Tambor de Hojalata, esa novela que aspira a contar el mundo, puede olvidar al pequeño Oscar que se niega a crecer, que rompe cristales con su grito, que toca su tambor y que se esconde bajo las infinitas faldas de su abuela en aquel campo de papas?

viernes, 3 de abril de 2015

"Tú eres mi tronco".

La Pequeña Otra y yo explorábamos por el bosque cercano a la casa del Chico. Hacemos aventuras en las que tenemos que atravesar pruebas y obstáculos. Esta vez, había que subir una cuesta muy empinada para recoger unas plantas mágicas. Ayudados de unos bastones, subimos con mucha dificultad, resbalando una y otra vez. Celebramos cuando llegamos arriba, y solo entonces nos dimos cuenta que lo verdaderamente complicado sería bajar. Intentamos bajar sentados, arrastrándonos lentamente. Primero lo intenté yo, y de pronto, las hojas secas me hicieron resbalar por la pendiente sin poder agarrarme de nada, cada vez a más velocidad. Me detuvo el tronco de un árbol con el que choqué a medio camino. La Pequeña Otra seguía arriba. No se me ocurrió otra cosa que animarla a deslizarse como yo lo había hecho. Estaba asustada pero se arriesgó a hacerlo. Empezó a bajar lentamente y de pronto, como yo, se deslizó rápidamente y sin control. Yo la atrapé al pasar. Cuando bajamos, hablamos emocionados de nuestra aventura. "Menos mal que estaba ese tronco -le dije- si no, no sé como me hubiera detenido". "Sí -dijo mi pequeña como si tal cosa- y tú eres mi tronco". No puedo dejar de pensar en esas palabras, en el orgullo que me provocan, en la triste certeza de que un día -quiera el Misterio que falte mucho- dejaré de serlo.

sábado, 28 de marzo de 2015

viernes, 27 de marzo de 2015

La Lluvia Amarilla.

"Lentamente, al principio, y, luego ya, al ritmo en que los días pasaban por mi vida, todo a mi alrededor se ha ido tiñendo de amarillo como si la mirada no fuera más que la memoria del paisaje y el paisaje un simple espejo de mí mismo". Un hombre viejo y enfermo, el último habitante de un pueblo que todos han abandonado, mira caer las hojas y recuerda mientras espera la muerte. Anielle, su pueblo ya no es sino un cascarón habitado por fantasmas. Por momentos, hace recordar a Comala, aunque Anielle existe en la realidad y en la realidad fue abandonado. La escritura de Julio Llamazares es bellísima, densa, como hecha de barro. Quizá no es sencilla de leer porque todo pasa por dentro, porque transcurre lentamente, porque duele. Leerlo es como meter las manos en la tierra húmeda o como acariciar la corteza rugosa de un árbol viejo. Hay tal nostalgia en su novela que me hace sentir nostalgia por ese pueblo del que nunca había sabido hasta leerlo, me invita a buscar fotos de ese lugar y a imaginarme caminando por sus calles olvidadas.

martes, 10 de marzo de 2015

La Edad de Hierro.

El otro, es decir, lo desconocido. El deseo de domesticarlo o de desterrarlo, de volverlo yo para que pierda su capacidad de inquietarme la conciencia y perturbarme la identidad. El otro. De eso trata la poderosa novela de Coetzee: el encuentro, el choque, la experiencia del otro. Una anciana con una enfermedad terminal encuentra muy cerca de su casa a un mendigo alcohólico y sucio durmiendo en cajas de cartón. Lo corre de allí, pero el mendigo vuelve. Le pide que trabaje, pero el mendigo la insulta. Se trata del otro, de ese otro que por incómodo queremos hacer desaparecer o queremos hacer distinto. Luego, poco a poco, la aproximación. Mirar al otro y reconocerlo otro. El encuentro con aquel hombre y con la brutal realidad de Sudáfrica durante el apartheid. Saberse parte, descubrirse vinculada, asumir la imposibilidad de ser indiferente. Novela inteligente, bellísima y brutal. De esas que te dejan su arañazo en la conciencia.

sábado, 7 de marzo de 2015

De ovejas y príncipes en un tren.

La posibilidad de reinventarse, de bajar una estación antes del destino (¿y que diablos es el destino?), de obedecer sólo al propio corazón. Un lugar donde puede nacer el amor entre un príncipe y una oveja, donde las estrellas susurran mensajes y donde es posible reír con un nudo en la garganta. Una obra inteligente y bellísima.

viernes, 6 de febrero de 2015

De nuevo, Salter

"Quiere que sus hijas tengan una vida antigua y una vida nueva, una vida indivisible de todas las vidas pretéritas, que emane de ellas, que las sobrepase, y otra vida que sea original, pura, libre, que trascienda el prejuicio que nos protege, la costumbre que nos moldea. Las está preparando para ese viaje. es como si solo dispusiese de una hora y en esa hora tuviese que llenar todas las alforjas, impartir todos los consejos. Anhela darles la sentencia que ellas recuerden siempre, que lo abarque todo, que les señale el camino, pero no la encuentra, no la reconoce. Sabe que es más valiosa que cualquier cosa que puedan poseer, pero no la tiene".

Años luz.

"Su vida es misteriosa, es como un bosque; desde lejos parece una unidad que cabe comprender y describir, pero más cerca empieza a separarse, a disolverse en luz y sombra de una densidad que ciega (...) No hay una vida completa. Hay solo fragmentos. hemos nacido para no tener nada, para que todo se nos pierda entre los dedos. Y sin embargo, esta pérdida, este diluvio de encuentros, luchas, sueños...". Yo quisiera escribir como James Salter. Hay tantos libros que son interesantes o conmovedores, tantos autores que te revelan cosas. Pero no es tan común encontrar a un escritor que desde las primeras páginas se vuelva tuyo, que sientas que te enseña un modo de mirar y que elija palabras que te hacen temblar. Entré en la novela de Salter por las muchas referencias que había leído, con curiosidad, paso a paso. Trata de la vida, así de sencillo: no hay misterios ni aventuras ni cosas extrañas; solo la lenta erosión de una pareja, las hijas que crecen, los amigos que vienen y se van, los amantes que también, los años que se acumulan, la libertad siempre inalcanzable, la nostalgia; es decir, la vida. De algún modo es la historia de todos. ¿Qué es lo que la hace tan hermosa? Que Salter es capaz de ver el alma de todo eso, o así me parece. Es capaz de mirar la esencia de sus personajes, de sus historias, de sus paisajes; lo que está más allá de lo aparente. Y además lo hace con una prosa delicada y contenida, poética, bellísima. Sus comparaciones son totalmente inesperadas y deslumbrantes, su ritmo lento y sabio. Leo muchos fragmentos con un nudo en la garganta. Siento que me mira el alma. Por todo eso, yo quisiera escribir como James Salter. "No era como las demás. Sonreía, hacía amistades, al atardecer desaparecía. Lo sagrado es siempre remoto"

martes, 27 de enero de 2015

Agradecimiento.

Gracias Carlos. Porque de pronto me encontré con tu palabra y fue tan otra que me inquietó la conciencia. Y lentamente modifica mi modo de ver a mis alumnos, a mis pacientes, a mi pareja, a mi hija de seis años. Porque ahora sospecho de las respuestas y me dejo abrazar por las preguntas, y me gusta "indefinir" todos esos conceptos tan rígidamente definidos. Porque trato, con titubeos, de hablar en primera persona y buscar mi voz. Porque entro al salón de clases y al consultorio con la ilusión nuevecita de compartir la frágil belleza que descubrí, y la incertidumbre, y la amplitud. Gracias Carlos, por tu palabra.

domingo, 25 de enero de 2015

"La chimuelita".

Era la última noche del 2014. José Suárez, músico, clavecinista, organista, maestro y tío de la Pequeña Otra, toca un íntimo concierto de año nuevo para la familia. En su casa de Guanajuato resuenan las notas del órgano y del clavecín: Bach, Brosse, Couperin... Luego, guarda las partituras e improvisa. Sus dedos sobre las teclas del clavecín van creando una música a veces suave y a veces intensa. Esa música es para alguien, la evoca alguien; crece y crece, se expande y finalmente se apaga. Esa música se llamó "La chimuelita" y fue hecha para la Pequeña Otra. ¿Qué veía Pepe mientras la tocaba? Supongo que nunca lo sabré, pero hoy escucho esas notas conmovido y puedo sentir a mi hija allí.

sábado, 24 de enero de 2015

El testamento de María.

Parecía extraño que Colm Toibin, el novelista irlandés que escribió sobre Henry James y sobre los emigrantes que llegaron a Nueva York, decidiera escribir un texto para dar voz a María de Nazareth. Una María ya vieja y cansada que vive en Éfeso y recuerda lo sucedido durante la Pasión. La novela es bellísima, triste, desgarradora. Porque Toibin humaniza a María y la convierte en una mujer llena de dudas, que no cree ni le importa que Jesús fuera el Mesías, que opina que los apóstoles eran una banda de fanáticos, que se siente culpable de su propia cobardía, que acude a rezar al templo de Artemisa, que mira con extrañeza a un Jesús que de pronto dice cosas raras y se vuelve importante. Cuando le dicen que su hijo sufrió lo que sufrió para "Salvar a la humanidad", opina, sin la menor duda, que no valió la pena. María, en la novela de Colm Toibin es una mujer que se rebela contra ese destino. No le importa una mierda que Jesús fuera el hijo de Dios. Para ella era simplemente su hijo y lo miró morir en la cruz. En sus últimos años sueña con un único milagro: que no hubiera pasado lo que pasó; y que Jesús siguiera siendo nada más que su hijo, al que amamantó, al que llevaba de la mano, al que arrullaba para que durmiera.

domingo, 18 de enero de 2015

La montaña mágica.

Leí, ya no sé donde, que un lector que se precie de serlo tiene que enfrentarse alguna vez a La Montaña Mágica, el enorme libro de Thomas Mann. Qué te digo, Otro, me picaron el orgullo y ahí me tienes, subiendo la montaña, día a día, hoja a hoja. Luego de varios meses llegué al hermoso y triste final. Me gusta haberla leído, pero no puedo decir que sea una novela que me haya transformado. Entendí en algún momento de la subida, que lo que ocurre en ese extraño y aristocrático hospital-hotel es, ni más ni menos, que una metáfora de la vida: jugar, pensar, chismear, enamorarse, comer, perder el tiempo, todo eso para tratar de olvidar que la muerte está allí, siempre paciente y a la espera. Me quedo con algunos personajes memorables, con algunas escenas hermosas y con ese final inolvidable que me recuerda que la muerte nunca se da por vencida.

jueves, 1 de enero de 2015

Nostalgia.

¿Es una novela, como afirma su autor, o es una colección de cuentos? En realidad no importa. El escritor rumano Mircea Cartarescu me lleva a un lugar sorprendente y extraño. Cada historia parece hablar de las vidas de personas como yo, descritas magistralmente. Las calles, el barrio, Bucarest, el pueblo; la vida cotidiana,especialmente la infancia y la adolescencia. Luego, de pronto, cuando menos me lo espero, lo maravilloso y lo ajeno. Como si caminara por la calle de todos los días y al dar vuelta a la esquina me encontrara con un abismo sin fin, con un muro de obsidiana o con un jardín de plantas carnívoras. Una prosa perfecta y una imaginación desbordante y casi siempre oscura. En un par de renglones, todo se transforma y ya estoy en un espacio donde nada es predecible, y donde todo puede ocurrir. Dice Cartarescu: Cuanto más estrecho sea el espacio de la acción o del juego o del pensamiento, más ancho es el resto del mundo, es decir, el Mundo.