miércoles, 28 de diciembre de 2011

agosto, octubre


De pronto, Otro, uno se encuentra con la novela que hubiera querido escribir.

La breve historia de Tomás me atrapó, me zarandeó por momentos, me puso un nudo en la garganta en sus últimos párrafos.
Leí los titubeos de ese adolescente, su desilusión, su deseo, su primer encuentro con la muerte y con el sexo, su terrible acto de cobardía.
Supongo que durante mucho tiempo me acompañará la imagen de ese muchacho trémulo abrazado a una chica vestida de romano en una pequeña estación de tren de pueblo.
Hay tanta mesura, tanta precisión, tanto no dicho y sólo sugerido en la prosa de Andrés Barba.
Se trata de una novela que me hace preguntas, que siempre es ambigua: tierna y cruel al mismo tiempo, dulce y amarga, simple sólo en apariencia y compleja en su profundidad, hermosísima y desolada.

No es que sea la mejor o las más perfecta, pero es, sencillamente, la que hubiera deseado escribir.

lunes, 5 de diciembre de 2011

ochenta y un día

A veces, algunas mañanas, me miro en el espejo, me miro desnudo en el espejo y me sorprendo. Soy él, me digo. Soy tú.
Y eso es la vida.
Y está bien

martes, 8 de noviembre de 2011

Tomás Segovia


"La poesía tal como yo la concibo es justamente esa cosa milagrosa de llegar a la sabiduría (...) yo sabía que no era tan sabio como mi poema. Es la poesía la que es sabia. Es lo milagroso. La tentativa del poeta es producir algo que le asombre a sí mismo. Es un parto".

Ayer murió Tomás Segovia. No se si decir: poeta del exilio o de los exilios, pues en eso anduvo.
Nació en España en 1927, vivió en Francia, en Marruecos y muchos años, hasta ayer, en México.
Queda su palabra, el fulgor de su palabra, poderosa y al mismo tiempo tierna; su búsqueda de lo erótico, aún en lo más explícito; su sencilla lucidez.

"Estoy más triste que un zapato ahogado
estoy más triste que el polvo bajo los petates
estoy más triste que el sudor de los enfermos
estoy triste como un niño de visita
como una puta desmaquillada
como el primer autobús al alba
como los calzoncillos de los notarios..."

sábado, 29 de octubre de 2011

santa coacción


"Ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas".
(Escrivá de Balaguer. Camino 946)

El once de este mes, en España, se censuró una página de internet (Opuslibros.org), creada por ex-miembros, que denunciaba algunas de las prácticas del Opus Dei. Abro un pedacito en este espacio para darles voz a esos Otros a quienes siento cercanos:
"Antes no había pruebas, sólo el testimonio de quienes hemos pasado por la institución, y se nos tachaba de rebotados, mentirosos y apóstatas. Al desaparecer estos documentos de Opuslibros.org, el Opus se vuelve a salir con la suya y enmudece a quienes, en defensa de sus legítimos derechos, intentamos luchar para que lo que hemos vivido no vuelva a repetirse en otros adolescentes captados con estrategias típicas de las sectas. La Iglesia, el Vaticano tiene conocimiento de nuestras denuncias y no puede seguir mirando hacia otro lado".
(Agustina López de los Mozos. Periodista y exnumeraria).

domingo, 16 de octubre de 2011

Granados Chapa (1941-2011)


Cuando la verdad o, al menos, su búsqueda comprometida es algo cada vez más raro; cuando la mayoría se vende; cuando las voces asemejan balidos o son sólo estridencia y ruido; su palabra, Miguel Ángel, era un alivio y una esperanza.

viernes, 14 de octubre de 2011

El Señor Espumas.


-Soy el Señor Espumas -dice la pequeña Otra, de pie en la tina, desnuda y flaca, renacuajísima ella, limpiando la pared con una esponja enjabonada.
-¿Cómo está Señor Espumas? -la saludo.
-Es que como tú no eres tan inteligente, no sabes limpiar y yo tengo que limpiar toda la pared.
-Eso debe ser... que no soy tan inteligente -digo, descubriendo de pronto mis limitaciones.
-¡El Señor Espumas es muy lavador! -conluye la pequeña Otra, enjuagando la esponja, más ranita que nunca.

martes, 11 de octubre de 2011

El sabotaje amoroso


"En el liceo francés de Nueva York, diez niñas se enamoraron locamente de mí. Las hice sufrir abominablemente.
Fue maravilloso".

Desde la primera página la niña de ojos inocentes me toma de la mano y me dejo llevar. Al principio, como siempre, con dudas; luego, pocas páginas después, soy suyo. Todo allí, todo: la guerra, la traición, la aventura, la pasión arrebatadora, el desamor, la venganza, la obsesión... como se vive a los siete años.
Amelie Nothomb hace una novela hermosa y ácida con un pequeño pedazo de su biografía. No tiene piedad ni pudor, y si, en cambio, enorme belleza, inteligencia y un sentido del humor único y feroz. Cada página es un hallazgo, una ráfaga de lucidez, y por si fuera poco, la escritora belga no se parece a nadie.

"Llamo caballo a ese irrepetible lugar en el que es posible perder todo anclaje, todo pensamiento, toda consciencia, toda idea de mañana, para convertirse sólo en un impulso, para ser únicamente algo que se despliega.
Llamo caballo a esa entrada en el infinito y llamo cabalgada a ese momento en que me encuentro con las multitudes de mongoles, de tártaros, de sarracenos, de pieles rojas u otros hermanos de galope nacidos para ser jinetes, es decir: para ser.
Esta es la razón por la cual nunca un caballo ha merecido tanto el nombre de caballo como el mío.
Si Elena no fuera ciega, se daría cuenta de que esta bici es un caballo y me amaría".

viernes, 30 de septiembre de 2011

cantautora


La pequeña Otra canta. Canta cada vez que puede, a veces en voz baja y a veces sin el menor pudor. Canta cuando está a solas y cuando la escuchamos. E inventa las canciones a medida que las canta. Esta es su última creación, interpretada hace un rato en la tina...

"Soy un gorila bien hondo
y no me gustan los truenos
tengo una playera de pipí
tengo una playera de popó
puedo cargar un camello
y soy muy inteligente
y soy muy 'cedulente'
soy triste pero feliz
y sabo caminar al revés"

domingo, 18 de septiembre de 2011

La bestia del corazón


"Y todos tenemos hojas. Las hojas caen cuando terminamos de crecer porque la niñez ha terminado. Y las hojas vuelven cuando nos marchitamos porque el amor ha terminado".

Confieso que tenía miedo de leer alguno de sus libros. No sé por qué. Quizá por su tema obsesivo (la miseria en la Rumania de Ceausescu) o por su mirada afiladísima y helada. Acabo de terminar mi primera cita con ella, y digo primera porque ahora sé que habrá muchas más.
La novela de Herta Müller me lastimó y me fascinó al mismo tiempo. Narra lo terrible con una belleza conmovedora, pinta la oscuridad con luz. Las vidas de unos pocos jóvenes que tratan de resistirse a la maquinaria invencible que desea triturarlos. De nada sirven los esfuerzos.
¿Cómo será vivir en un país en donde la única salida posible es el suicidio? Vidas heridas, despedazadas por una presencia omipresente y turbia. Y ante tanta muerte, la poesía como único e insuficiente refugio. Y las pequeñas cosas (Cierto Herta, los muertos no volverán a perder un botón). Y el amor, siempre vulnerable, siempre doloroso de unos cuantos.

"Ante nuestros ojos desfilaba una manada de animales que se daban a la fuga. Dije a Georg: Mira, la bestia de tu corazón emigra".

domingo, 4 de septiembre de 2011

Vocación


-¿Has pensado qué quieres ser de grande? -pregunta mi Otra a la pequeña.
-¿Cómo mamá?
-Si de grande quieres ser bombero o maestra o payaso... así. ¿Qué te gustaría ser de grande?
La pequeña Otra no tiene que pensarlo mucho.
-Quiero ser jugadora, mamá.
-¿Jugadora?
-Si, jugadora de maderitas.

viernes, 26 de agosto de 2011

Otra vez


Esto ya lo había escrito, Otro. Pero no se me ocurre nada mejor qué decir.
Perdonarás la repetición:

El monstruo de cada día. Alimentándose de sí mismo. Insaciable.
Y entonces, me aferro a las palabras de Italo Calvino. Están al final de "Las Ciudades Invisibles", su maravilloso texto. Ven, acércate, léelas conmigo.
Hagámoslo posible.

“El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, y que formamos estando juntos. Hay dos formas de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de sentirlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y darle espacio.” (Italo Calvino)

domingo, 21 de agosto de 2011

conclusiones después del espectáculo


"Oye mamá, los delfines están un poco salchichados ¿no?"
(La pequeña Otra)

domingo, 14 de agosto de 2011

Breve tiempo



Fue un tiempo dulce, suave, calientito. ¿Cómo expresarlo en palabras?
Mi Otra volvió al trabajo mientras la pequeña Otra y yo aún teníamos vacaciones. Entonces, quizá como nunca antes, el tiempo fue nuestro. Cada momento, cada detalle, cada gesto. Una complicidad llena de pequeños detalles, de juegos, de caricias.
Por supuesto su rostro al mirar a los animales del zoológico ("Papá, ese chango tiene cara de tamal de dulce"), su asombro al subirnos a una lancha en el lago de Chapultepec, sus pláticas con las ardillas en Los Viveros; si todo eso, pero sobre todo el despertar cada mañana, sus pequeños pasos acercándose a mi cama y esos minutos en que ambos nos abrazábamos y reíamos bajo las sábanas inventándonos nombres de gato.
No hay palabras. Intento, pero es que, simplemente, no alcanzan.

domingo, 31 de julio de 2011

Eliseo Alberto (1951-2011)


"Le habían torpedeado el corazón. Antes de naufragar para siempre,después de haber estado tantas veces a punto de hundirse en la alta mar de la vida, decidió liberar las palomas. Haciendo un alarde descomunal, logró quitarse la pajarera y romper las portezuelas de la jaula. Lo último que vieron los ojos miopes de Blas, empañados por las lágrimas, fueron aquellas palomas que huían como su alma hacia el reino de los cielos".
(Eliseo Alberto)

Alguna vez, te dí la mano y te dije: Gracias por tanta belleza. Tú, Eliseo, apretaste la mía, y me pareció que tus ojos, ya de por sí tristes, se humedecían. Gracias, me dijiste con una amplia sonrisa.
No sabes que he recurrido a tus palabras en momentos importantes de mi vida. No sabes que tuve que "robarme" tus palabras cuando acababa de nacer mi hija.
Es curioso que uno pueda querer a alguien con solo leerlo, pero así me ocurrió contigo, desde que me desnudaste a tu Cuba herida en el "Informe contra mí mismo".
Pocas historias de amor me han parecido tan hermosas como "La eternidad por fin comienza un lunes". Y cada libro tuyo ha vuelto a enseñarme el silencioso poder de la ternura.
Me enteré que hoy moriste en mi país, que es el que elegiste para quedarte.
Te voy a extrañar, Eliseo.

sábado, 23 de julio de 2011

Tuyo es el reino


"Puedo verlos: esperan. Están listos, lo sé, para cobrar vida (...) A medida que escribo se animan. Viven los ojos, resuenan las voces. Se escuchan pasos, susurros. Se abren y cierran puertas, ventanas. Anochece. Amanece. Las ranas croan. Vuela el búho. La brisa mueve las copas de los árboles. También la tierra huele de modo especial, como si lloviera. Es el reino, mi reino, animado otra vez. La Isla de mi infancia de nuevo frente a mí. Y aquellos que la poblaron. El destino de ellos dependerá de mí, de este cuaderno. Es hora de escribir: escribo".

Fue la primer novela del escritor cubano Abilio Estévez.
¿Cómo es posible que alguien sea capaz de escribir algo tan bello y tan perfecto en su primer intento? Más tarde supe que Estévez tardó once años en acabarla, y que al hacerlo creyó que toda su vida se reducía a esos once años.
Más que leerla, es una novela para sumergirse en ella, para abandonarse a su cadencia, a sus sabores, a su misterio. Es una fiesta, o mejor aún, una orgía de la palabra. Sabe a guanábana, a ron, a piel recién herida o acariciada. Huele a tristeza y a despedida. Suena como bolero, como guaracha, como derrumbe. Una de esas novelas en donde parece que todo cabe y que todo muere. Una novela poética y excesiva. Abrumadoramente hermosa.

Once años para escribirla. Yo creo, Abilio, que valieron la pena.

sábado, 9 de julio de 2011

Emaús


"Dice el Santo que es igual que los dedos de una mano. Se trata sólo de cerrarlos lentamente, con la fuerza de un suave apretón -como si tuviéramos que meter ahí la vida entera. Dice que no tenemos que asustarnos, y que si lo somos todo, esa es nuestra belleza, no nuestra enfermedad. Es el reverso del horror".
(Alessandro Baricco)

Hay libros ventana y libros laberinto, libros estación de llegada y libros estación de salida.
También hay libros espejo y para mi éste es uno de ellos.
Me miro en él y lo que veo me asusta, me nombra, me duele.
Allí estoy: La pasión adolescente, la locura, la desilusión, la pérdida de la inocencia y de la fe. La realidad, que a zarpazos de cordura te desnuda entero y te deja como huérfano de alas.
El misterio inalcanzable en los labios y la piel de una muchacha que te despoja de la inocencia y de todas las certezas.
La caída.
Baricco lo cuenta sabiamente, sin estridencias, con profundidad y delicadeza. Leo sus frases una y otra vez y parece que poco a poco entiendo. Nombra con enorme belleza lo que yo hubiera querido decir y no he sabido. Pero la literatura es para eso: para poner palabras a lo que no sabríamos decir, a lo innombrable.

sábado, 18 de junio de 2011

Cuentos


La Pequeña Otra tiene pasión por los cuentos. Pide que se los leamos o que se los inventemos (ella elige el tema: un coche, una cabeza, una torre de gatos). Mi Otra se ha vuelto una artista de esos cuentos improvisados.
La pequeña abre los ojos y no pierde detalle, fascinada por cada historia.
Hoy, hace un rato, decidió contarnos uno:

"Había una vez un callo que se llamaba callo. Estaba dibujando una araña. No tenía juguetes porque un elefante se los comió. Luego, el elefante escupió los juguetes en una aguita. Tenían muchas babas de elefante. Luego se secaron con una toalla y les pusieron un patito encima y quedaron limpios".

domingo, 15 de mayo de 2011

domingo, 8 de mayo de 2011

No más.


“Todo en la vida es luz de tan amada,
sólo mi cuerpo es paja,
leña y brizna
que consumido en luz es tierra, es nada”.
(Javier Sicilia)

sábado, 30 de abril de 2011

Ernesto Sabato (1911-2011)


"Leer les dará una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, y los ayudará a rechazar la realidad como un hecho irrevocable. Esa negación, esa sagrada rebeldía, es la grieta que abrimos sobre la opacidad del mundo".
(Sabato)

Hay libros que dejan una huella imborrable. Y a veces más que huella es una herida. Una herida que supura y que palpita. Libros que tienen que ver más con las pesadillas que con los sueños. Cuando pienso en un libro así siempre recuerdo "Sobre héroes y tumbas" de Ernesto Sabato. Uno de sus capítulos, el Informe sobre ciegos es, sencillamente aterrador.
Un personaje destaca en mi recuerdo: Alejandra Vidal. Posiblemente en mi historia como lector no conozco un personaje que me haya inquietado más. Me asustaba y atraía al mismo tiempo, como un abismo.
Muchas veces me pregunté cómo sería la persona capaz de crear aquella oscuridad.

Si no lo has leído, Otro, arriésgate. No es fácil, pero te aseguro que luego de leerlo no serás el mismo. El libro inicia así:

"Las primeras investigaciones revelaron que el antiguo Mirador que servía de dormitorio a Alejandra fue cerrado con llave desde adentro por la propia Alejandra. Luego (aunque lógicamente no se puede precisar el lapso transcurrido) mató a su padre de cuatro balazos con una pistola calibre 32. Finalmente echó nafta y prendió fuego"

Hoy, a los 99 años, murió Ernesto Sabato, otro maestro.

lunes, 25 de abril de 2011

Gonzalo Rojas


El 28 de octubre del 2007 me enteré de que la pequeña Otra ya habitaba el vientre de mi Otra. El día 29 elegí sus palabras, poderosas y deslumbrantes, para anunciarlo en este espacio. Palabras relámpago en la oscuridad, palabras ráfaga de vida.
Su poesía es intensa y profunda, a veces loca, a veces de aire, a veces de piedra, a veces de fuego.
Murió hoy a los 93 años.
Adiós, poeta.

"Por mucho que la mano se me llene de ti
para escribirte, para acariciarte
como cuando te quise
arrancar esos pechos que fueron mi obsesión en la terraza
donde no había nadie sino tú con tu cuerpo,
tú con tu corazón y tu hermosura
y con tu sangre adentro que te salía blanca,
reseca, por el polvo del deseo,

oh, por mucho que tú hayas sido mi perdición
hasta volverme lengua de tu boca,
ya todo es imposible.

Hubo una vez
un hombre, una vez hubo
una mujer vestida con la U de tu cuerpo
que palpitaba adentro de todas mis palabras,
los vellos, los destellos;
de lo que hubo aquello
no quedas sino tú sin labios y sin ojos,
para mí ya no quedas sino como la forma
de una cama que vuela por el mundo".

viernes, 22 de abril de 2011

Shadow Land


"De silenciar la luz vive la sombra"
(Antonio Deltoro)

Al sentarme hago un pacto silencioso con ellos: suspender la incredulidad.
Y entonces, me dejo llevar.
Unos segundos después (no hace falta más) me sumerjo en el mundo al otro lado del espejo, un mundo de sombras que danzan, donde los dioses nos moldean para probarnos, donde escapar de casa se convierte en una aventura iniciática, donde todo tiene la evanescente textura de los sueños.

Y ellos, con su virtuosismo, con su sentido del humor, con su frescura, con la magia de sus cuerpos me hacen ver lo imposible: una niña con cabeza de perro, elefantes, unos cocineros locos, una flor gigante, medusas, laberintos, centauros... de pronto todo, absolutamente todo es posible. Aplaudo hasta que me duelen las manos, maravillado, un poco niño, un poco dios.

Luego, salgo a la noche tibia, a la vida cotidiana, al mundo real que me hicieron olvidar por unos minutos.

(Luego del espectáculo Shadow Land, del grupo estadounidense Pilobolus, en el teatro de Bellas Artes).

domingo, 10 de abril de 2011

de mañana


Es de mañana. Mi Otra y yo nos desperezamos, quizá leemos algo dejándonos abrazar por la luz que entra a través de la ventana.
De pronto, desde el cuarto de junto se escuchan ruiditos, pasos pequeños, algo que se arrastra. La cabeza de la pequeña Otra se asoma por la puerta. Llega a gatas, con los ojos llenos de sueño y el cabello revuelto. Sin palabras, nos pregunta algo aunque ya sabe la respuesta.
-¡Ven hijita! -dice mi Otra.
La pequeña se pone de pie, medio dormida y con pasos titubeantes se acerca a la cama. Le hacemos un lugar y se echa entre nosotros.
Nos volvemos, los tres, una madeja tibia, un nido de caricias, un corazón que palpita.

No imagino ninguna bendición que se compare.

viernes, 25 de marzo de 2011

man on wire


"... y lentamente pensé: es imposible con toda seguridad, así que empecemos a trabajar"

¿En qué punto la locura se convierte en arte? ¿Cómo se atraviesa la enorme distancia que hay entre soñar y realizar?

Philippe Petit es un loco hermoso, un clown constructor de imposibles, un poeta. Él y los suyos son arrastrados por su pasión. Porque para construir imposibles hacen falta cómplices. ¡Y qué cómplices los suyos! Siento un nudo en la garganta cuando Annie, su pareja de entonces, recuerda -y parece que vuelve a contemplar- su caminar sobre las nubes. Ruedan mis lágrimas cuando ruedan las de Jean Louis al recordar aquel prodigio que los alejará para siempre porque no es posible tocar el cielo y que la vida siga como hasta entonces.
¿Hasta dónde es posible arriesgarse para que se cumpla un sueño que no es el nuestro?
Philippe es increiblemente afortunado no sólo porque se atrevió a hacer realidad su sueño, sino sobre todo porque contó con un puñado de locos amorosisímos dispuestos a lo que fuera para que él caminara sobre las nubes.

El 7 de agosto de 1974, Philippe Petite atravesó -sin aviso, sin permiso, saltándose las reglas y burlando la seguridad- los sesenta metros que separaban a las torres gemelas caminando sobre una cuerda floja por encima del piso ciento cuatro.

"Hice algo magnífico y misterioso y a cambio conseguí un ¿Por qué? ¡Y lo bello de aquello es que no necesité ningún porqué!"

"La vida debe ser vivida al borde de la vida".

viernes, 4 de marzo de 2011

El orden natural de las cosas


"Me acordé de cuando mi padre agonizaba, dejando de respirar para seguir respirando, con todo el cuerpo debatiéndose con su propia muerte, mi madre me dijo sin lágrimas: Joaquim es un árbol muy grande que cuesta abatir, y yo, que tampoco lloraba, los quise ese día como no los he querido ningún otro día..."

(Antonio Lobo Antunes)

¿Cómo hace don Antonio?
¿Cómo hace para que ese puñado de personajes pequeños, solitarios, tristes, moribundos, locos; esos personajes heridos sean tan profundamente hermosos?
¿Cómo hace para conmoverme a cada página, para deslumbrarme?
¿Cómo hace para usar palabras, imágenes que me duelen de tan inalcanzables?
¿Cómo se escribe una novela así de entrañablemente dolorosa?
¿Cómo carajo hace, don Antonio?

"descubrí el pecho, te arrimé despacio a él, te acaricié con el pezón la frente, el contorno de las mejillas, la nariz y cuando me introduje en tu boca el olor del manzano ensombrecía tu cara, la certeza de que no habría de morir, de que no moriría nunca aumentó mi sangre, sentí en la piel, o por dentro de la piel, los colmillos que no tenías, y mientras me vaciaba de mí hacia tí, hija, comprendí que estaba naciendo".

sábado, 29 de enero de 2011

segundo día de taller

¿Cómo decirte, Otro?
Imagina a un niño de segundo de primaria en un salón con los de quinto.
Más o menos así.

sábado, 22 de enero de 2011

Primer Round


Primer día en un taller de escritura.
Con las manos temblorosas y la boca seca leo cinco páginas que me parecen relativamente bien escritas.

Pocos minutos después descubro que mi estilo es muy pobre, que estoy lleno de lugares comunes, que mis personajes son estereotipos sin voz propia a los que no dejo hablar; que soy rosa, plano, repetitivo...

Me levanté antes de que el réferi contara hasta diez.
Empiezo a estar listo para el segundo round.

lunes, 3 de enero de 2011

quedita


-Mamá no cudo ablil la puelta y tú si -me dice la Pequeña Otra.
-Es que yo soy muy fuerte.
-Si, y mamá es quedita.