viernes, 25 de marzo de 2011

man on wire


"... y lentamente pensé: es imposible con toda seguridad, así que empecemos a trabajar"

¿En qué punto la locura se convierte en arte? ¿Cómo se atraviesa la enorme distancia que hay entre soñar y realizar?

Philippe Petit es un loco hermoso, un clown constructor de imposibles, un poeta. Él y los suyos son arrastrados por su pasión. Porque para construir imposibles hacen falta cómplices. ¡Y qué cómplices los suyos! Siento un nudo en la garganta cuando Annie, su pareja de entonces, recuerda -y parece que vuelve a contemplar- su caminar sobre las nubes. Ruedan mis lágrimas cuando ruedan las de Jean Louis al recordar aquel prodigio que los alejará para siempre porque no es posible tocar el cielo y que la vida siga como hasta entonces.
¿Hasta dónde es posible arriesgarse para que se cumpla un sueño que no es el nuestro?
Philippe es increiblemente afortunado no sólo porque se atrevió a hacer realidad su sueño, sino sobre todo porque contó con un puñado de locos amorosisímos dispuestos a lo que fuera para que él caminara sobre las nubes.

El 7 de agosto de 1974, Philippe Petite atravesó -sin aviso, sin permiso, saltándose las reglas y burlando la seguridad- los sesenta metros que separaban a las torres gemelas caminando sobre una cuerda floja por encima del piso ciento cuatro.

"Hice algo magnífico y misterioso y a cambio conseguí un ¿Por qué? ¡Y lo bello de aquello es que no necesité ningún porqué!"

"La vida debe ser vivida al borde de la vida".

1 comentario:

gáguila dijo...

Atreverse a vivir!! y qué si me caigo??...y qué si vuelo?...