miércoles, 27 de enero de 2016

El Sermón sobre la Caída de Roma

Esa hermosa sensación de abrir la novela de un autor que desconoces y a las pocas páginas saber que te será imprescindible. Que apenas has dado vuelta a unas pocas hojas y ya eres suyo. Eso, justo así con El Sermón Sobre la Caída de Roma, de Jerome Ferrari. La historia parece tan simple: un par de amigos que renuncian a seguir en la carrera de filosofía para administrar un barecito en su pueblo; también, allí, la historia del abuelo, brevemente la de la hermana. Pero en esa sencillez, Ferrari dice mucho más, dice cosas que me encogen el corazón, dice acerca de la muerte y el nacimiento de mundos. Mundos que aparecen y desaparecen sin darnos cuenta. Mundos que dejan de existir, que nunca más volverán a ser, y que apenas dejan huella. Mundos que acaso nadie recordará. Mundos que terminan para dar a luz otros mundos. Ah... ¡y la prosa de Ferrari! Una especie de rio, de afluente que se desliza. Prácticamente sin puntos y aparte, el río de sus palabras me lleva, crece, se ensancha, se debilita, y yo allí, sumergido y absorto. "En verdad ignoramos lo que son los mundos -escribe Ferrari- podemos acechar, sin embargo, las señales de su fin. El disparo de un obturador en la luz del verano, la mano fina de una joven fatigada, apoyada sobre la de su abuelo, o la vela cuadrada de un barco que entra en el puerto de Hipona, llevando consigo, desde Italia, la noticia inconcebible de que Roma ha caído".

sábado, 23 de enero de 2016

Rojo y Negro

Me había quedado pendiente, Otro. La leí apenas. A veces no es fácil acercarse a los Clásicos con mayúsculas. Da miedo. ¿Y si es muy difícil? ¿Y si es muy antiguo? ¿Y si no? Pues me acerco a pesar de ese miedo y sin darme cuenta cómo, acabo atrapado por la historia, por la intensidad, por las pasiones que se guardan allí. Extraño, que el personaje principal. Julien Sorel sea un cínico, un arribista, un hombre inteligente que en el fondo sólo busca poder y un lugar en la sociedad. Un héroe tan poco heroico. Y sí, adentrarse en otra época, donde la diferencia de clases es aún más salvaje que ahora, donde el amor es una especie de ajedrez complicado lleno de estrategias y mentiras, donde el sexo, eso sí, es lo de siempre, esa fuerza ingobernable; y donde los asuntos de honor se resuelven con un duelo. Me veo incapaz de soltar la novela de Stendhal en su parte final, atrapado, agotado, triste y a la vez, feliz

martes, 19 de enero de 2016

Michel Tournier (1924-2016)

Ayer murió Michel Tournier, quien escribió "Viernes o los limbos del Pacífico", esa extraña e inquietante novela que, entre otras cosas, me enseñó que la realidad no existe sin el otro que confirme mi mirada. "No concibo otra mejor definición de adulto que esta: es adulto aquel que, cualquiera sea su edad, ha perdido a alguien".