jueves, 24 de junio de 2010

miércoles, 23 de junio de 2010

Dos


Hace dos años, la Pequeña Otra empezó a nacer.

Lo consiguió el 24 de Junio a las dos y diez de la madrugada, pero para mí fue muy importante el momento en que avisó que estaba lista para llegar y el proceso que culminó con su cabeza saliendo del cuerpo de mi Otra.

De pronto, decide salir, y empieza la batalla. Una fuerza sobrecogedora que empuja hacia la luz, que lucha y no se rinde, que se abre camino.
La vida cantando vida.
Y luego, el mundo que vuelve inventarse, que vuelve a ser creado sólo para que ella lo descubra.

sábado, 19 de junio de 2010

De sus palabras

"No contemos los días que pasaron:
Fue hoy cuando nacimos. Sólo ahora
la vida ha comenzado, y, lejos aún,
la muerte ha de cansarse en nuestra espera".

"No se alejó el tiempo, no se fue. Asiste y quiere.
Su mirada aguda ya era una pregunta
a la primera palabra que decimos:
Todo".

José Saramago (1922-2010)

viernes, 18 de junio de 2010

Saramago


Pocas veces me pude asomar al vacío y a la crueldad de los seres humanos como al leer Ensayo Sobre la Ceguera.
Pocas veces me cuestioné sobre la divinidad, lo demoníaco y lo humano como al leer El Evangelio según Jesucristo.
Pocas veces me conmoví con un amor tan poderoso y humano como al leer El Memorial del Convento.

Las palabras de Saramago, bellísimas, capaces de arrancarme las certezas.
Hoy murió.
Gracias por todo, maestro.

miércoles, 16 de junio de 2010

Tworki


"¿No te has planteado nunca qué poco sitio hay para la bondad en este mundo? Que fenómeno tan raro entre la gente es la persona. Una persona que tenga alma. Y el alma es cabeza y corazón. Sobre todo, Sonia, corazón".

Hay libros que nos buscan más que nosotros buscarlos a ellos. ¿No te pasa así, Otro?
Leo alguna reseña medio escondida en alguna página de un periódico. Nadie me ha recomendado el libro, nunca he escuchado del autor, casi ni puedo pronunciar su nombre; pero algo, no se qué, me convoca. Y voy.

Tworki, la novela de Marek Bienczyk, me encontró, y hoy sé que de algún modo me acompañará siempre.

Un hospital psiquiátrico en la Polonia ocupada por los nazis. El monstruo de la guerra afuera, y allí, adentro, un grupo de personajes pequeños y hermosísimos, entrañables, mágicos a veces, tiernos siempre, se defienden de ese monstruo a fuerza de palabras y suaves riuales, de amor solidario y de la más vulnerable humanidad. ¿Es posible sobrevivir a ese mundo enloquecido?

Las palabras de Bienczyk se acercan a la poesía, abrazan y consuelan; como un cálido refugio durante una tormenta de nieve.
Y algo extraño me ocurre al terminal la novela: quisiera encontrarme con su autor, acercarme a él en silencio y darle un beso.

viernes, 4 de junio de 2010

Pequeño discurso fúnebre.


Que desde allá puedas mirarnos y advertirnos del peligro.
Que nos cuides a todos, en especial a tus compañeros de vida y a tus niños, con quienes fuiste maternal y amorosa a tu manera, es decir, a lametones, a olisqueadas, a movimientos de rabo.
Que encuentres un infinito prado verde donde puedas correr como el viento.
Que haya grandes extensiones de tierra suave para cavar hoyos profundos.
Que haya comida y huesos.

Que exista ese paraíso para ti.