sábado, 30 de marzo de 2013

Más allá del tiempo.

"Y así, con un cincel translúcido, su muerte graba en mí una nueva: el que ha perdido un hijo siempre es mujer", dice David Grossman. No sé exactamente como llamar a su libro. ¿Novela? ¿Poema en prosa? Tampoco importa. Es sencillamente desgarrador. Un padre que acaba de perder a su hijo, emprende el camino para llegar allí, a ese lugar, imposible, donde habitan los muertos. Camina y camina. Recuerda. Busca. Hace preguntas que no tienen respuesta. Hace pocos años, Grossman (Jerusalén, 1954) perdió a su hijo en la eterna guerra contra Palestina. Este es el libro que escribió para atravesar por ese infierno. ¿Hay algo más aterrador? ¿Es posible salir cuerdo de una experiencia así? David Grossman lo hizo, y de un modo deslumbrante. Encuentra palabras para decir lo indecible y logra lo que yo creería imposible: hacer emerger la luz desde esa absoluta oscuridad.

martes, 19 de marzo de 2013

El origen

Opresiva y asfixiante, absolutamente pesimista es la novela de Thomas Bernhard. El adulto recuerda aquellos años de adolescencia en un internado nazi primero y en uno católico después. No hay diferencia para él, el edificio, incluso, es el mismo. El mismo salón donde cantaban loas a Hitler es luego la capilla donde cantan alabanzas a Jesucristo. No hay diferencia entre el director nazi sádico y el prefecto católico también sádico. No hay lugar para la esperanza. El suicidio es el pensamiento obsesivo, y todos, absolutamente todos, el sistema educativo, los adultos, la ciudad entera, son cómplices de la aniquilación de lo creativo, de lo sensible y de lo humano. La maestría de Bernhard consiste en construir una novela autobiografica en donde la forma es idéntica a lo contado: no hay espacios en las páginas, no hay puntos y aparte, no hay diálogos, no hay posibilidad de escapar. Al leer me siento atrapado y oprimido por renglones que a cada página se asemejan más a barrotes de una cárcel.

domingo, 10 de marzo de 2013

Regalo

...............No puedo mirarlo sin sonreír.