sábado, 30 de marzo de 2013
Más allá del tiempo.
"Y así, con un cincel translúcido, su muerte graba en mí una nueva: el que ha perdido un hijo siempre es mujer", dice David Grossman. No sé exactamente como llamar a su libro. ¿Novela? ¿Poema en prosa? Tampoco importa. Es sencillamente desgarrador. Un padre que acaba de perder a su hijo, emprende el camino para llegar allí, a ese lugar, imposible, donde habitan los muertos. Camina y camina. Recuerda. Busca. Hace preguntas que no tienen respuesta. Hace pocos años, Grossman (Jerusalén, 1954) perdió a su hijo en la eterna guerra contra Palestina. Este es el libro que escribió para atravesar por ese infierno. ¿Hay algo más aterrador? ¿Es posible salir cuerdo de una experiencia así? David Grossman lo hizo, y de un modo deslumbrante. Encuentra palabras para decir lo indecible y logra lo que yo creería imposible: hacer emerger la luz desde esa absoluta oscuridad.
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