sábado, 18 de junio de 2011
Cuentos
La Pequeña Otra tiene pasión por los cuentos. Pide que se los leamos o que se los inventemos (ella elige el tema: un coche, una cabeza, una torre de gatos). Mi Otra se ha vuelto una artista de esos cuentos improvisados.
La pequeña abre los ojos y no pierde detalle, fascinada por cada historia.
Hoy, hace un rato, decidió contarnos uno:
"Había una vez un callo que se llamaba callo. Estaba dibujando una araña. No tenía juguetes porque un elefante se los comió. Luego, el elefante escupió los juguetes en una aguita. Tenían muchas babas de elefante. Luego se secaron con una toalla y les pusieron un patito encima y quedaron limpios".
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1 comentario:
Me da la impresión Otro, de que el amor por la lieratura se llevara en los genes...y la mayor historia sin darnos cuenta, la que vamos contando a lo largo de la vida.
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