viernes, 22 de abril de 2011

Shadow Land


"De silenciar la luz vive la sombra"
(Antonio Deltoro)

Al sentarme hago un pacto silencioso con ellos: suspender la incredulidad.
Y entonces, me dejo llevar.
Unos segundos después (no hace falta más) me sumerjo en el mundo al otro lado del espejo, un mundo de sombras que danzan, donde los dioses nos moldean para probarnos, donde escapar de casa se convierte en una aventura iniciática, donde todo tiene la evanescente textura de los sueños.

Y ellos, con su virtuosismo, con su sentido del humor, con su frescura, con la magia de sus cuerpos me hacen ver lo imposible: una niña con cabeza de perro, elefantes, unos cocineros locos, una flor gigante, medusas, laberintos, centauros... de pronto todo, absolutamente todo es posible. Aplaudo hasta que me duelen las manos, maravillado, un poco niño, un poco dios.

Luego, salgo a la noche tibia, a la vida cotidiana, al mundo real que me hicieron olvidar por unos minutos.

(Luego del espectáculo Shadow Land, del grupo estadounidense Pilobolus, en el teatro de Bellas Artes).

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