sábado, 3 de octubre de 2015
Y si.
Con lo que a mí me gustan los puntos suspensivos, ese mínimo desfile de tres bichos, pero claro, depende siempre de la historia. No me gustan, en cambio, los signos de admiración, esos escandalosos, esos presumidos. Símbolos, signos, letras, manchitas en el papel ¿Y si enloquecieran? ¿Si al más le diera por copular con una eme? ¿Si el igual se creyera nueve por un rato? ¿Si fueran juntos a una orgía donde salpicaran asteriscos? ¿O si mejor la página en blanco, limpiecita, inmaculada, donde no hay nada, absolutamente nada que no pueda ser escrito?
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