sábado, 18 de abril de 2015

Timbuktu.

... O de cuando una película se te mete en el corazón y en la conciencia. La perturbadora belleza de sus paisajes, de su luz, de su música, de su gente. La conmovedora dignidad con que esos hombres y mujeres se resisten a la violencia de la sinrazón y el dogmatismo. Se me quedan adentro esas imágenes: la mujer condenada a ochenta azotes por cantar y que vuelve a cantar mientras la azotan, el soldado que danza a escondidas, el grupo de muchachos que juegan un partido de futbol sin pelota. La belleza de resistir a pesar de todo.

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