lunes, 15 de septiembre de 2014
la máquina de hacer españoles.
La última etapa de la vida, la pérdida de la compañera que deja en la casi total soledad, el cuerpo que se vuelve enemigo -"el más terrible de los animales, nuestro propio bicho, el bicho que somos"-. Y cuando parece que no habrá nada más, en ese no-lugar que es un asilo de ancianos, indefensos ante la enorme máquina de quitar la metafísica... la posibilidad de la complicidad, del encuentro y a veces, incluso, de la risa. La hermosa solidaridad de los otros ancianos: Estévez sin metafísica, que acaso es un personaje de Pessoa; el enamorado Anisio, Américo y hasta el Silva de Europa. Y como fondo, el recuerdo doloroso de una cobardía que acompaña el resto de la vida. El novelista portugués valter hugo mae (así, con minúsculas) cuenta, usando sólo minúsculas, una historia minúscula de seres minúsculos y entrañables. Y lo hace con una belleza enorme.
"cuando yo muera quiero garantía de no ir al cielo. si algún ángel me viene a buscar, decía yo, córtenle las alas, ahógenlo, pero no lo dejen escapar conmigo por ahí arriba. quiero que me echen fuera. metido ahí tierra abajo como quedan las cosas a las que nadie se acordó de imaginar un alma".
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