viernes, 27 de noviembre de 2015
"Te traje una cosita, pero no la encuentro", dice la pequeña Otra buscando en su mochila. Entonces busco, aparecen unos dibujos, unas envolturas de dulces. "No, otra cosa". Entonces la encuentro. Una semilla de eucalipto. Uno de esos pequeños conitos que suelen estar regados alrededor de ese bello árbol. No entiendo. "Es para que se te quite el catarro", dice. Y en ese instante, aunque yo siga estornudando, con la garganta irritada, lleno de mocos, me siento del todo curado.
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