Su llegada, para mí
no tuvo nada de sublime.
Fue, sencillamente
una batalla.
Una batalla en la última frontera.
Una batalla cruel sin enemigos.
Una batalla a muerte con la vida.
Hoy sé que en el inicio
no somos angelitos.
No, qué va.
Somos guerreros.
3 comentarios:
Tus letras, como siempre, erizan mi piel... la imagen, simplemente me hace sonreir y alegra mi corazón.
Guerrera hija de guerreros, de seres humanos maravillosos.
¡Felicidades!
Fue una guerrera desde el principio, desde su manera de ganar tu corazón e inundarlo de aguaceros.
¡Felicidades, Lía, por esta batalla ganada!
¡Felicidades a tu Otra por haber sido parte de esta batalla ganada!
¡Felicidades a tí, por la bendición de haber sido testigo de semejante batalla!
De nuevo, ¡bienvenida, Lía!
(Gracias por compartir esta foto, ¡¡tu beba es hermosa!!)
No, no somos angelitos...
y sin embargo la miro y tiemblo, la miro y el silencio (que es mi abrazo más hondo) me inunda.
La miro y sé que es parte de ti y tiemblo, la miro y sé que es una guerrera de ojos grandes y tiemblo..
tiemblo y tiemblo y tiemblo...
la miró y tiemblo. y una lágrima se escapa y tiemblo: es TÚ hija, hija tuya y de tu otra...
y tiemblo...
y mi corazón que es chiquito (porque soy chiquita) encuentra espacio para crecer con sólo mirarla.
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