viernes, 15 de enero de 2010

pasos


"... la tierra entera para besar tus pasos"

El día doce intentó sus primeros pasos. Pocos, titubeantes, asustados.

No es fácil eso de alzarse sobre los dos pies sin una mano al alcance. Es una proeza de equilibrio, una prueba de valor, un desafío al miedo y a la gravedad, una afirmación con el cuerpo y el alma ante el llamado del mundo.

El día trece no había modo de parar a la Pequña Otra. Del baño a la recámara, de la televisión a la cocina. Caminó todo el día agarrándose la barriga, entre maravillada y temblorosa. Enorme y diminuta, hambrienta de vida, hermosísima.

1 comentario:

El Pinto dijo...

Preciooso relato de un momento histórico.
La vida y los caminos que comienzan.
Saludo