jueves, 9 de agosto de 2012

La Vida Entera

Hay novelas en las que vives por un tiempo. No sólo las lees: vives en ellas. "La Vida Entera", de David Grossman es así. Durante varias semanas viví en ella. Viví con Ora, esa mujer que huye de casa creyendo que si no la alcanza la noticia de la muerte de su hijo, éste seguirá vivo. Viví con Abram y su miedo a la vida luego de ser casi destruido. Viví con Ofer, cuya vida cuelga de un hilo. Todo está allí escrito magistralmente: el amor y el desamor, la locura, el dolor, la paternidad y la maternidad, el sexo, la vida y la muerte. Por momentos Grossman pone palabras a experiencias que creí que no podían ser dichas. Y lo hace con tal belleza, con tal conocimiento de lo humano, que me estremecen. Leo con los ojos húmedos, deslumbrado y conmovido. Viví en estas páginas durante un tiempo. Estoy convencido de que ahora estas páginas vivirán en mí.

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