domingo, 25 de mayo de 2014

A mano.

A veces ocurre: se apagan las luces, se alza el telón y allí, ante nuestros ojos, el milagro. Eso, justo así, al contemplar A Mano, una obra de la compañía El Patio, de Logroño, España. Un escenario pequeñísimo (cabe en una mesa) basta para contar una historia que es también la mía, la de todos. Dos personajes hechos con una bola de barro y una tacita son suficientes para hablar de la soledad, el deseo de ser mirado, el amor, la libertad, la ausencia... ¿Teatro infantil? ¿Teatro de títeres? Teatro en toda su profundidad y belleza. Izaskun y Julián, creadores y actores son una especie de ángeles capaces de acariciarnos el alma con sus pequeños seres. Una obra llena de la delicadeza, la poesía, el humor y la sutileza que tanto se extraña en el teatro para niños. La historia de un muñequito de barro que quiere salir del escaparate, que intenta, que no puede. Pero ¿Quien no es un muñequito de barro?

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