viernes, 21 de noviembre de 2014
Un país.
Lo oí de pasada: "Pobres niños, en qué país les está tocando vivir". Sí. Un país en donde son posibles horrores como Ayotzinapa. Un país gobernado por pandillas de corruptos y delincuentes. Un país devastado. Pero también un país donde hoy, miles y miles eligen no callarse, alzar la voz, reclamar justicia. Un país que despierta y en el que de pronto nos miramos y descubrimos anhelos comunes. Un país que a mí no me había tocado contemplar y en donde quiero creer, con toda el alma quiero creer, que es posible la esperanza. Por lo pronto, la Pequeña Otra se entera de lo que ocurre, y asiste a las marchas, y grita con los miles que gritan, y mira con ojos asombrados, y dice que también quiere hacer un cartel. Y lo hace.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario