¿De qué trata la novela? No hay una historia lineal, no hay un hilo conductor y si lo hay es leve, se evapora en cuanto tratas de seguirlo. Es que más que una historia, Irene Solá cuenta un lugar y elige hacerlo desde muchas miradas y desde muchas voces, desde muchos tiempos. Se arriesga a dar voz a lo que no suele tenerla y eso hace que su novela sea conmovedora. Hablan las personas, sí, personas sencillas, extrañas, tiernas. pero también da voz a las cosas: habla un relámpago, hablan los corzos, hablan los hongos que se apuran a crecer con la lluvia. Todo, en la novela de Solá, tiene voz, y con esas voces múltiples va tejiendo una especie de poema que se parece a la vida.
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