miércoles, 6 de agosto de 2008

El Encargado de la Caca


Y tú que pensabas, Otro, que quizá mi vocación estaba en la docencia, en la terapia, en la palabra escrita. Nada de eso.
En estos días se me ha revelado que mi verdadera maestría está en la tarea cotidiana de quitar el pañal sucio, limpiar bien la zona, poner la pomada contra las rozaduras, colocar el pañal limpio. Una y otra vez. Varias durante el día… y durante la noche.

Eso no significa que mi Otra no participe de esta tarea, también le toca muchas veces; es sólo que ella está haciendo otras todo el tiempo. Y esas no puedo hacerlas yo. Me encantaría tener un pecho suave y rebosante de leche tibia… pero no tengo. Parece que mis brazos no son los mejores para dormir a la pequeña, y que incluso no soy el indicado para hacerla repetir, pues siempre que lo intento, ella se revuelve, me empuja con sus piernitas y me rasguña la cara.

Así que mi tarea se ha vuelto esta. Yo mismo me he nombrado el Encargado de la Caca, para servir a ustedes.

Y luego de la experiencia de estos días, juro con una mano sobre mi corazón y otra sobre su pañal, que no hay título más alto ni más honroso, y que no lo cambiaría por el de ningún marqués ni conde ni princesa.

5 comentarios:

Marciana dijo...

Mira que tocarme el alma, abrirme el corazón y hasta robarme una cascada de lágrimas hablando de caca, sólo tú... sólo tu con tu mirada que traducida en letras se vuelve conmovedora y mágica... abrazadora.

Lasinverso dijo...

No hay título, honor ni distinción en el mundo más brillante que la que ahora ostentas. Casi lloro leyendo este post tan lindo. Disfruta mucho papi. Besos para ti, para tu Otra y para esa pequeñita que recibe tus cuidados. un abrazo.

Hummingbird dijo...

Coincido con Marciana, sólo tú puedes arrancar lágrimas y risas a través de tus palabras sobre la Caca y el encargado de ella.

Es todo un honor saberme cerca de quien con tanto orgullo porta el título del "Encargado de la Caca".

Claire dijo...

Es incríble como nos dignificamos como seres humanos al encargarnos de la caca de alguien, sólo es posible hacerlo con amor, no hay de otra.

Annabel dijo...

Leí esta entrada el otro día :) y hoy vuelvo y me animo a comentarte que pienso en los millones de mujeres que han quitado decenas de kilos de caca de sus hijos con tanto amor y de manera tan natural que ni se lo planteaban, vaya por ellas.