martes, 12 de agosto de 2008
En la gota de ambar
Van terminando los días de vacaciones, que coincidieron con los primeros días de la pequeña Otra. ¡Ha sido tan hermoso compartir este espacio con mis dos mujeres! Este espacio que es como estar dentro de una gota de ámbar.
No te confundas, Otro. Cuando pienso en esta metáfora no estoy pensando en un lugar suave y empalagosamente dulce. Todo lo contrario. Quizá estos días han sido los más intensos, cansados y difíciles de mi vida. Muchas veces me he sentido en el límite de… de algo.
Veo a mi Otra con la pequeña en brazos, escucho como la arrulla y le canta eso que dice: “En una palangana vieja sembré violetas para ti…” y no puedo sino admirar su enorme fuerza y su paciencia.
Estos días terminan. Ya empieza a reclamarme el ruidoso trajinar del día a día, de las prisas, de las clases, del metrobús atestado. Poco a poco, con nostalgia, voy saliendo de esta experiencia. No del todo, por supuesto, pues bien sé que ya no saldré jamás, pero sí de este inicio, estos primeros días de Su vida, de nuestra vida juntos.
Hoy sólo puedo sentirme profundamente bendecido por el privilegio bellísimo y difícil de haber vivido, por unos días fugaces, en una gota de ámbar.
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2 comentarios:
8 de la mañana. Desvelada y cansada, corriendo por las calles con dos niños de la mano, dos mochilas al hombro y un mundo cargado de ruido. Había sol y hacía frío, era una linda mañana y había que correr y cruzar con precaución la calle y entregar las credenciales en la puerta y mirar como esos niños corría y desde lejos apenas alcanzaban a decir adiós con la mano: el entusiasmo por encontrarse con sus amigos era sin duda mayor que el encuentro con su madrina, y sin embargo, esas manos, esas sonrisas, esa mañana caminando juntos parecía tan grande, tan diferente a esas en las que camino sola y calma con mi café en la mano, mirando el despertar del mundo y abrazada únicamente por el frío suave que abraza a esas horas. Era como jugar a ser mamá por un día, por media hora, por un instante y todo, todo...todo estaba lleno de sentido, que cuando te leo de verdad envidio lo que debe ser la hermosa chinga de vivir en una gota de ambar. Bendito tú, sin duda, benditas ellas...benditos los tres que empiezan a estar juntos.
A menudo, y por desgracia, pasamos nuestra vida existiendo...Aunque a veces los días sean difíciles, duros o incluso insulsos...sigue siendo un placer el sentirse vivo..y pasar por la vida VIVIENDO.
Saludos desde Andalucía.
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