sábado, 15 de noviembre de 2008

La Magia es ver


“Puedo contarte de muchos lugares del Mundo. En cuantos sitios se han posado las tórtolas de mi manto. Qué tan pesada es el agua de los ríos sagrados. Cómo es el mar de los minúsculos pueblos de pescadores. O un grano de arena del desierto. Qué es lo que caracteriza una vista desde los glaciares. Por qué en una estepa una brizna de hierba parece ser más alta que un pino. Si hay más cielo por aquí o por allá. Qué tan alto te ves entre las bóvedas de una noche serena. Y por dónde puedes crecer hasta la Osa Mayor. Puedo contarte de muchos lugares del Mundo. Pero, lo entenderás mejor si te lo canto”. (Goran Petroviç)

Acabo de conocer a quien escribió esas palabras, Otro.
Tiene la apariencia del grandulón del colegio. Alto y fuerte y un poco encorvado, como avergonzado de su talla. Cara dura, ojos suaves.
Es serbio. Se llama Goran Petroviç.
Me acerco con la profunda emoción que siento ante alguien a quien admiro tanto.
Al darnos la mano, la mía se pierde entre la suya. Mano de luchador. Enorme.
Lo veo y me pregunto ¿cómo está escondido allí el escritor prodigioso que es? ¿dónde guarda la maravilla, la ternura, la poesía? ¿Cómo hace visible lo invisible?

Alguien le pregunta: ¿cómo haces para crear magia? Y el responde: “Cada vez vamos perdiendo más partes de lo que somos, cada vez hay más cosas que no nos importan, que nos son indiferentes. Dejamos de ver los detalles. Y yo, estoy obsesionado con los detalles.
El momento en que algunas motas de polvo vuelan despacio y son iluminadas por el sol. Eso es la magia.
Para mí, la magia es ver”.

2 comentarios:

Hummingbird dijo...

Sin duda has sido un excelente discípulo de tan sabio maestro... si algo admiro de tí es tu capacidad de detenerte en los detalles, de ver suavemente, de detenerte ante lo aparentemente insignificante.
Creo que la magia no sólo está en ver, sino en poder inmortalizar lo que se mira usando a las palabras como aliadas.

Marciana dijo...

Y vaya que debe ser sabio este hombre al decir que la magia está ahí, más cerca (o más lejos quizá) de lo que muchas veces inventamos, porque la magia esta en los ojos, en el tiempo que le arrebatamos a la vida para mirar despacio. Y si la magia está ahí, sin duda eres mago y soy testigo de lo que tu mirada crea.