miércoles, 29 de julio de 2009

por la arena


No sé porqué o para qué lo escribo. Quizá porque no he podido quitármela de la cabeza y quizá ésta sea una forma de lograrlo.
Estaba en Zihuatanejo hace unos días, sentado de cara al mar. Ella caminaba lentamente por la arena. Una mujer jóven, me parece, con el cuerpo totalmente deformado. Una joroba en la parte izquierda de su espalda, el torso muy corto y torcido. Llevaba unas bermudas rosas y una camiseta también rosa.
Mientras recogía conchitas miraba hacia las olas y hacia el sol. Y sonreía.

Pensé que habría que escribir un poema, una novela, una sonata. Pensé que habría que ser capaz de crear la belleza, pero no se cómo.

Entonces no agregaré nada más.
Nada.

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