sábado, 19 de septiembre de 2009

Quien lo dijera


La Pequeña Otra entró a la escuela y nos dejó con el corazón adolorido.
¡Nos preocupaba tanto su desamparo! Que se sintiera sola, que no entendiera. Pensamos mucho cómo estaría sin nosotros.
Los días han pasado y poco a poco empieza a estar mejor con este cambio. Parece incluso, que disfruta.

Lo que no había previsto, lo que no se me ocurrió imaginar es cómo estaría yo sin ella, cómo al estar ella en la escuela yo perdería de algún modo nuestros espacios íntimos, nuestros paseos por el parque, nuestros juegos exclusivos.
Y aquí estoy, solo en casa, esperando con impaciencia, con un algo de novio adolescente, que pase el tiempo y llegue el momento de ir por ella. Y darle la bienvenida y que me eche los brazos.

Quién lo dijera, carajo, yo el desamparado, yo a mis cuarenta años, necesitando tanto de su amparo.

2 comentarios:

Annabel dijo...

:)
todos pasamos por eso, me temo. :)

Marciana dijo...

Si, quién lo dijera! Que hermoso que está pequeña que empieza la vida te enseñe tato y tan pronto tanto. Que bello que el grande sea el que aprende, el que se sorprende, el que a ratos necesita y que maravilla saberte sintiendo INTENSAMENTE.