domingo, 3 de octubre de 2010
El poema.
Volví a casa después de tres días fuera. Sediento de ella.
Nos abrazamos, me contó lo que había hecho en esos días, reímos.
Estaba contenta.
Y entonces, mientras nos abrazábamos por vigésima vez y yo enterraba la nariz en su cuello para respirarla, la Pequeña Otra dijo: "Te amo papá".
No diré nada más.
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1 comentario:
¡Qué más vas a decir! Momentos sublimes para siempre.
Besos
Victoria
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