viernes, 22 de octubre de 2010

La Piel Fría.


"-Batís -lo interrumpí sin moverme- No son monstruos.
-¿Perdone?
Tardé mucho en repetirlo:
-No luchamos contra fieras, estoy seguro."

Parece una novela de aventuras o de terror. Y lo es. Pero también es mucho más. La novela de Sánchez Piñol me hace preguntas, me obliga a mirarme, me descoloca.

Dos hombres en una isla remota, asediados por hordas de seres extraños, anfibios, de piel húmeda y fría. Al principio es una guerra a muerte contra ese horror; luego, todo se transformará para uno de ellos.

¿Qué tan extraños son los extraños? ¿Cuándo dejan de serlo?
Si me atrevo a mirar de frente a la bestia, ¿sigue siéndolo? ¿No la he creado yo?
¿Qué tengo en común con aquello que me parece profundamente ajeno?
El vértigo de descubrir que yo también soy la bestia y que cada pregunta que hago acerca de ellos, los extraños, es también una pregunta que hago sobre mí.

"... Pero no disparó. ¿Por qué no disparó? Si solo eran bestias irracionales. ¿por qué no los matábamos sin contemplaciones? Creo que ni él mismo comprendía el alcance de esa renuncia. O quizá sí"

No hay comentarios: