viernes, 24 de mayo de 2013
Sukkwan Island
Un padre convence a su hijo de trece años de pasar unos meses juntos en una pequeña cabaña de los bosques de Alaska. Un padre que no está bien, que está deprimido y cuya cordura pende de un hilo. Ellos dos, solos e incomunicados, y el clima salvaje de ese lugar, el frío, la lluvia, la nieve. David Vann escribe de un modo directo y sencillo, casi frío, detallado. Y lentamente me arrastra hacia un lugar oscuro y aterrador, insoportable. No puedo dejar de leer y al mismo tiempo tengo miedo de seguir. ¿Cómo decirlo? Es una novela sin piedad.
domingo, 19 de mayo de 2013
Pobre Chavía.
viernes, 17 de mayo de 2013
Ni eso.
"Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo", escribió Mario Benedetti hace algunos años. Murió Videla, el rostro de la dictadura argentina, llevándose sus secretos y las manos empapadas en sangre. A los ochenta y tantos, en la cárcel y cumpliendo su cadena perpetua. Si al menos hubiera tenido el valor y el mínimo de conciencia del que habla Benedetti. Pero ni eso...
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