domingo, 26 de enero de 2014
José Emilio Pacheco (1939-2014)
Poeta lúcido, de inteligencia afilada, siempre crítico y preciso. Casi siempre breve y deslumbrante. Sus palabras eran de esas que se te quedan adentro, Otro, y las vas rumiando de a poco, y te hacen entender y ampliar el horizonte y ver lo que no habías visto. Murió hoy, a los 74 años. Con los tiempos que corren y los poetas muriéndose, carajo.
Extranjeros
"Si te molestan por su acento o atuendo,/ por sus términos raros para nombrar/ lo que tú llamas con distintas palabras,/ emprende un viaje,/ no a otro país (ni siquiera hace falta):/ a la ciudad más próxima./ Verás como tú también eres extranjero". (José Emilio Pacheco)
miércoles, 15 de enero de 2014
Juan
Alguna vez estreché su mano con el corazón agitándose en mi pecho. Miré sus ojos en donde se mezclaban la tristeza y la rabia. Quizá no hay un poeta al que admire más, al que sienta más entrañable. Luchó contra la dictadura, escribió una poesía luminosa, desgarradora, terrible y tierna. Cuando el lenguaje no le alcanzaba se inventaba uno. Leo sus palabras una y otra vez y siempre hay algo inédito, aunque las haya leído cien veces. Murió ayer, en esta ciudad, y desde que lo supe me anda una tristeza calladita y una gratitud que no se acaba. Adiós y gracias, gracias, gracias Juan Gelman.
viernes, 3 de enero de 2014
Louise Bourgeois
"En mi vida diaria me identifico con la víctima, pero en mi obra soy una asesina", escribió Louise Bourgeois. Yo entro en su mundo sin conocerla ni conocer su obra. Un rato después me siento sumergido en una experiencia sobrecogedora y extraña. Es (fue) de esos artistas que me atrapan, siempre en una frontera indefinida, ambiguos, abiertos a múltiples miradas. Muchas veces, caminando entre sus obras, en Bellas Artes, no sé lo que siento, porque todo se mezcla y confunde. ¿Lo que miro es bello u horrendo? ¿Tierno o crudo? ¿Delicado o violento? Es todo eso a la vez. Todo el tiempo me siento atraído y un poco asustado, desubicado, atento. La madre, lo femenino, el abrazo recibido, el abrazo imposible, las heridas, la memoria... Un espacio perturbador donde lo que acoge destruye. ¿Un refugio? ¿Una prisión? Como suele ocurrir con el mejor arte, no hay respuestas.
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