sábado, 26 de noviembre de 2016

Fidel.

Pocos personajes han levantado más polémica. Amado, odiado, admirado. Unos celebran su muerte como si se tratara de un carnaval, otros le lloran sinceramente. ¿Héroe, villano, revolucionario, dictador? MI Otra y yo lo vimos en La Habana en una noche sorprendente: era la última noche del año, salimos a festejar a las calles de la ciudad y la encontramos totalmente vacía. No sabíamos qué hacer, así que nos acercamos a una gasolinera que daba al malecón porque era el único lugar con luz. Esperábamos a que empezara el 2006. Entonces, aparecieron dos o tres coches, se estacionaron frente a nosotros y de ellos bajaron un puñado de periodistas, algunos militares y Fidel Castro. ¿Qué hacía Fidel allí, ante no más de quince personas, incluyéndonos a nosotros? Resulta que aquella noche algunos estudiantes fueron voluntarios en algunas gasolineras de Cuba y por tal razón, Fidel decidió dar su mensaje de año nuevo en alguna de esas gasolineras... justo en la que nosotros estábamos. Recordó cómo entró a la Habana junto al Ché y Camilo Cienfuegos. Parecía un abuelo contando historias a sus nietos. Luego subió a uno de los autos y se perdió en la noche. Nosotros temblábamos. Más allá de las opiniones que se puedan tener de este hombre sabíamos que estábamos ante la Historia, y que la historia del siglo XX, nos guste o no, no sería la misma sin él.

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