miércoles, 9 de noviembre de 2016

Souvenir.

La Pequeña Otra fue invitada al palco de un estadio de futbol. Yo nunca he estado en uno, hubiera querido ir pero no fui invitado. A ella le importa un pepino el futbol pero igual se la pasó muy bien jugando con su amiga inseparable. Volvió cansada y contenta, y por supuesto yo quería que me contara todo lo que vio. Me dijo como eran los uniformes de los jugadores y lo intensamente verde de la cancha. Entonces se iluminó su cara y me dijo: "Papá, te traje un regalito del estadio". Hurgó en sus bolsillos y sacó una servilleta sudada y hecha bolita. Dentro, cuatro palomitas de maíz. Ella se comió dos y me dejó las dos restantes. Creo que nada me ha sabido tan delicioso.

1 comentario:

Mona dijo...

Cuanto se me antojaron las palomitas sudadas y compartidas! Sabes decir las cosas justo como uno las siente, y esto me llega al alma. Gracias por todas las escapadas que se da tu forma de ser y sentir a través de este blog. Te amo.