sábado, 7 de abril de 2018

Bianco su bianco

Dos personajes en escena. La historia que nos cuentan, una historia sencilla y por momentos dolorosa: un niño lastimado que calla, un niño que encuentra quien lo abrace, que se sana con la lluvia. La muerte. Un amor sencillo, frágil, vivo. La desconfianza, la confianza. La enfermedad. El pequeño amor que combate la cercanía de la muerte. La música que a veces llena todo, la mágica danza de las luces. Esa melancolía llena de risa que sólo he experimentado en las obras de Daniele Finzi. El teatro de la caricia, como él lo llama; que sí, de nuevo me toca tan suavemente.

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