Lo conocí tarde, en realidad hace poco, cuando el premio Cervantes y el Reina Sofía. Entonces conseguí su poesía y quedé conmovido por la belleza, la serenidad, la limpidez de sus palabras. Cada poema me toca y me lleva a veces lejos y a veces dentro. Hay una mirada crepuscular, por llamarle de algún modo, la del que se va, la de quien se despide porque sabe que todo lo que mira un día dejará de ser o ya no estará él para mirarlo.
Los poemas a Joana, su hija enferma, son brutales.
Gracias maestro.
"Y qué suerte encontrarte ahora aquí,
de madrugada, convertida en patio:
esto quiere decir que todo el tiempo
estabas junto a mí en la oscuridad".
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