Una novela extraña.
Un lugar en donde una dictadura invisible tiene brazos innumerables que lo alcanzan todo.
La música está prohibida
La gente, sencilla, que resiste y se rebela.
Un violinista que ya no puede tocar y que inventa frases raras para las lápidas de quienes han muerto.
Una niña que no habla pero lo mira todo con ojos asombrados.
Un viejo titiritero que cuenta una historia triste y real.
Con algo de poema, de oración, de canto, la novela de Jesse Ball se queda adentro.
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