Nada más cíclico y efímero que la alfombra lila de la jacaranda. Un día está ahí, lila y viva, otro día deposita sus flores en el piso, al siguiente sus flores ya son casi café, y al otro ya han desaparecido. Pero siempre dejan tras de sí la certeza de que el ciclo volverá a repetirse.
1 comentario:
Nada más cíclico y efímero que la alfombra lila de la jacaranda.
Un día está ahí, lila y viva, otro día deposita sus flores en el piso, al siguiente sus flores ya son casi café, y al otro ya han desaparecido. Pero siempre dejan tras de sí la certeza de que el ciclo volverá a repetirse.
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