El corazón de par en par se me aventana
con tu presencia casi
con tu ahora
y ya no hay modo de cerrarlo ante tu lluvia
ante tu viento a ráfagas
tus aves.
Para siempre, me digo, para nunca
ventanamente yo, tan empapado
sin modo de cerrarme
sin guarida
vencido ya por ti
por tu aguacero
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1 comentario:
Me conmueve saberte ventanamente tú, empapado ya por el aguacero, por la tormenta.
Pues sí, una vez empapado no hay modo de cerrar la ventana, ¿no es cierto?
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