viernes, 18 de enero de 2008

En la hondura silenciosa


En la hondura silenciosa de tu vientre
hay un canto convocando la mañana,
se disipa la tiniebla y amanece
y hay un súbito repique de campanas.

El azul está rasgándose de estrellas,
un rumor de manantial ya se presiente,
hay un ritmo de tambores que despierta
y una ráfaga de pájaros y peces

Hay el mar con su certeza de infinito,
hay la tierra que sostiene nuestros pasos,
hay el aire deshilando remolinos,
hay el fuego incandescente y su zarpazo,

hay el tiempo y el latido de sus horas,
hay las cebras cabalgando en la llanura,
hay glaciares, hipocampos, mariposas,
una sangre alborotada por la luna,

hay el canto de los grillos, hay España,
hay un hombre conversando con sus libros,
hay la mina, la madera, la cabaña,
el arroz y los frijoles y los hilos,

hay tus ojos y mi miedo, nuestra risa,
lo pasado, lo futuro, lo presente,
hay la muerte y el asombro de la vida
en la hondura silenciosa de tu vientre

(Para mi Otra, en su cumpleaños)

2 comentarios:

Hummingbird dijo...

Estoy segura de que más allá de los trozos de madera aún no trabajados, los libros, la música, éste ha sido el más hermoso regalo que ha recibido tu Otra. Un homenaje a su ser, y a su fertilidad.

Marciana dijo...

Hay...en la hondura silenciosa de su vientre hay...y en tus letras una vida que sabe, un instante eterno, un murmullo que ya suena, que ya canta y que no para...en mis ojos un par de lágrimas que leyéndote los abrazan.