jueves, 31 de julio de 2008
Alejandro Aura
"Yo sí
yo metería
la mano al fuego
hasta
por nadie"
(Alejandro Aura)
Me contaron, Alejandro, que llamabas por su nombre a cada árbol, que eras un maravilloso cocinero y sabías todos los albures.
Que mientras te transladabas a cualquier sitio, ibas inventando historias en las que aparecían las personas y los objetos con los que te cruzabas en el camino.
Que si un vendedor tocaba a tu puerta, siempre le comprabas algo, aunque fuera feo o no lo necesitaras, porque te parecía que aquella persona trabajaba honestamente y necesitaba el dinero mas que tú.
Que a veces, justo antes de empezar una conferencia, no tenías idea de lo que dirías, y que sin embargo, bastaban dos minutos para que el auditorio estuviera riendo contigo y colgado de la asombrosa telaraña de tus palabras.
Y hoy, los periodicos me contaron que ayer dejaste de existir, allá lejos, en Madrid.
Yo te conocí por estas anécdotas, por tu decisión de hablar de frente con la enfermedad, pero sobre todo por tu poesía fresca como la hierbabuena, terrenal, cercana. Por tu poesía luminosa, nunca oscura. Por tu poesía que tantas veces me conmovió y tantas otras -y eso es hermoso- me hizo reír.
Por todo eso, gracias y hasta siempre, Alejandro, Poeta.
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