domingo, 28 de septiembre de 2008

ofrenda segunda


Que el silencio
que los dedos de la lluvia
que el rumor de arroyo limpio de los días
que el sabor a amanecer de las naranjas
que las cosquillas
que los libros y los mundos que fecundan
que el poder de las semillas
que la música y la danza
que la luna
que las despedidas
que el amor, su resplandor, sus espejismos
que lo simple y su escondida maravilla
que el llamado poderoso del camino
y que la vida
que la vida
que la vida...

martes, 23 de septiembre de 2008

ofrenda primera


Para tus ojos ávidos, el mundo
los mil colores que viven en el verde
la luna que es de nadie y es de todos
el viejo sabio y rojo que es el fuego

Para tus ojos límpidos, el mar
el impasible azul del ancho cielo
lo enorme y también lo diminuto:
el musgo, el caracol, la catarina

Para tus ojos, hija, la belleza
la perenne y la fugaz, también la humana
el arte, las galaxias, las ballenas,
la piedra, el gato, el sol, las catedrales

Para tus ojos, el milagro de los rostros
sus sonrisas, su historia, sus arrugas
su dolor para encenderte rebeldías
su ternura para abrirte las ventanas

Para tus ojos infinitos, el encuentro
la desnudez que es siempre única y primera
y a su tiempo, otros ojos que se asomen
deslumbrados al misterio de tus ojos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

muros y puertas


“Cada cerradura adicional que colocamos en la puerta de entrada (…) hace que el mundo parezca más traicionero y temible".
(Zygmunt Bauman)

El miedo.
El que estalla en el centro de una plaza abarrotada una noche de septiembre.
El que se nos va instalando en la costumbre.
El que hace que dudemos en salir, en buscar y en encontrarnos.
El que pretende que nos miremos como extraños, como ajenos, como sospechosos; y ya nunca como prójimos.
El que nos hace construir muros para estar a salvo de los demás y del mundo.
Muros altísimos, poderosos e infranqueables. Muros que nos impiden ver a los demás. Que dicen a los demás: "Quédate afuera, no pases".

Yo no quiero, Otro. Me niego a jugar ese juego oscuro.
Me niego a que el miedo pueda más que la esperanza.
Me niego a que el miedo y sus muros nos impidan encontrarnos.
Quizá no hay modo de tirar los muros, Otro.

¿Y si abrimos puertas?

sábado, 13 de septiembre de 2008

espejo


¿Sabes Otro? Hay otros que no son mis otros. Otros ajenos. Otros que deseo lejos y que sin embargo están presentes por más que cierre los ojos o por más que los abra, como queriendo ahuyentar los últimos jirones de una pesadilla.
Son esos otros que estuvieron cerca de mi vida con el índice acusador siempre listo para señalar la debilidad del prójimo. Los que hablaban de pecado creyéndose la voz de Dios. Los limpios, los infalibles, los perfectos. Los que de tan puros, ensuciaban cuanto tocaban con su mirada limpia.
Para ellos.

Espejo tú
que me refleja el nunca,
oscura perfección,
memoria siempre.
Pues soy este que soy,
el que estoy siendo

para no ser jamás
como tú eres.

viernes, 5 de septiembre de 2008

de Andres Neuman


Palabras para la hija que no tengo

"Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando sepas hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
-no está el mundo como para negarse-,
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, o que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula,
y llegada la hora quiero que escribas mar
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando por vez primera cruces la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que, en el fondo, no soy un optimista;
si no lo fuera, entonces no estarías allí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo."