miércoles, 10 de octubre de 2007

Dentro


Y tengo adentro
bien adentro de mí, en mis recovecos
en el centro del centro de mi alma
o del sexo, la ansiedad o la barriga
-ya no sé muy bien la diferencia-

tengo dentro de mí y encarcelados

Un aullido de ecos infinitos
Un crepitante pájaro de fuego
Una marea de sangre alborotada
Un aire huracanado que se abisma
Un desbordarse el agua de los diques
Una resina densa que gotea
Una jauría de hienas en la noche
Un grito un grito un grito un grito

Y está a punto de salírseme del pecho
y ya no puedo más y me consumo
Hija de puta carne, piel rebelde
pues ya no cabe en mí tal desmesura
tanta jungla voraz
tanto mí mismo.

4 comentarios:

Hummingbird dijo...

Al leer todo eso que tienes dentro no puedo evitar sentir una gran curiosidad, ese tipo de curiosidad mezclada con ansiedad.
Estoy curiosa de tí,
estoy curiosa de tantos gritos a punto de salirse de tu pecho. Me encantaría ser testigo de ellos, y también me enchina la piel la posibilidad...

tudistinta dijo...
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tudistinta dijo...

...para calmar el desasosiego del alma, uno sueña mucho, con ramificaciones inclusive, así que soñando se va hacia donde no se puede con el cuerpo.

Mariángeles (VERA) dijo...

Échalo fuera. Ya lo hiciste, lo escribiste.

Un saludo.