viernes, 12 de octubre de 2007

Hey familia! Danzon dedicado a...


Pásale a lo barrido, otro, tú disculparás el barullo y el alto volumen de la música.
Es que hoy es doce de octubre, y en este día yo celebro. Celebro la vida y el encuentro.
Ven, pasa por entre los timbales, las maracas y el güiro, esquivando las doradas florituras de la trompeta.

Es que bailar es un modo de celebrar, y a mi me gusta bailar ¿Lo sabes?
Me gusta ese momento en que el pudor va desapareciendo y la sangre se hace una con el ritmo de la clave... un, dos, tres... cuatro-cinco, como me enseñó el viejo Manuel, en la casa de la trova de Trinidad, Cuba.

Me gusta bailar y también me gusta ver bailar. Igualito a Jorge Drexler mirando fluir a la del vestidito violeta.

Así que arrímate, otro, te hago un lugarcito, y acompáñame a tararear este danzoncito que dice así:

Ella baila.

Ella baila como si respirara, como si el baile fuera su sangre tibia viajándole las venas.
Ella baila y yo disfruto de su ritmo, de su cadencia luminosa, de su raro modo de ser fuego.
Baila y miro su rostro que es una ternura traviesa o una travesura tierna, aún no puedo decidirme.
Y miro su cuerpo que es la metáfora misma de la tierra fértil, de un aguacero a medio junio, del barro tibio convertido en cuenco.
Ella baila y se pierde en una dimensión inalcanzable para mí, en donde ella es más que ella y yo apenas si soy yo.
Ella baila y los dioses en los que no cree se asoman a mirarla. Y su baile es una danza ancestral con sabor a café, a ron de caña, a maracuyá.
Su baile provoca vida aunque ella no lo sepa. Sin que lo sospeche, mientras baila, en algún lugar lejano, en alguna aldea pequeña de Centroamérica o de Africa, su baile hace germinar la semilla, aleja las plagas, hace llover generosamente sobre las parcelas secas.
Ella baila sin enterarse de nada de esto. Baila porque un lugar de su corazón siempre está bailando, aunque esté triste.
Baila y yo la miro sin atreverme a interrumpirla, a perturbar ese ritual antiguo entre su cuerpo y el aire, entre sus pies y la tierra. La miro solamente y guardo en mis ojos las imágenes que hoy me hacen recordarla y repetir en un murmullo:

Ella baila... ella baila.

1 comentario:

Hummingbird dijo...

Hermosa manera de celebrar la vida y el encuentro... bailando!! Para bailar se necesita al otro, (bueno, puede ser solito, pero resulta un poco aburrido), se necesita ritmo, se necesita saber llevar y dejarse llevar, se necesita mirarse, y a veces hasta guardar silencio.
Insisto, hermosa manera de celebrar el ENCUENTRO.